domingo, 14 de marzo de 2010

Capítulo 1.- De La Separación Del Cuerpo Y Del Alma

Ella bajó descalza y sin contar sus pasos, por lo escarpado y por los hondos paisajes a sus cavernas, el tiempo se le hizo un hilo entrecortado y dejó la lógica para un tiempo mundano, se ensortijó el llanto y peinada así toleró las parvadas de murciélagos que salieron de su interior, por las heridas abiertas le aparecieron narcisos y lilas, y con ellas escucha ahora al paciente que narra su secreto más tóxico, su lamido terror y la burbuja de su desasosiego, lo mira sacudido por el llanto y Ella sabe que su sola compañía parece ser lo necesario para que acontezca la nube de negros insectos.
Lo que es fundamental, es registrar todos los matices y los tonos, sabe que debe atender con meticulosidad cada silencio, distinguir cada adjetivo, las intenciones propias y las supuestas, los miedos y la parálisis, porque ese es precisamente el material con el que se reconstruirá la persona que hoy se desdibuja frente a Ella, esa es la argamasa con que se consolidarán las piezas que harán a su paciente otro, lo hará nuevo con los horrores volcados sobre su piel y ya no bajo su lengua, será un ser mutante y en tránsito permanente hacia sí mismo, será más fuerte porque tolerará su liviandad, más profundo porque lo superficial no existirá mas como sinónimo de insignificancia, sino que le dará escucha y ojos que lo definirán como la briza sobre el lago. Cuando la narración parece terminarse, cuando los tonos convocan a coincidir en las conclusiones, entonces Ella formula una pregunta breve, con ella lo devuelve a la primera escena, obligándolo a gatear recorriendo de nuevo los rastros de sus pasos supuestos, sabidos, que los siga sin pies y sin manos, que los pase de nuevo con sangre y saliva y que ahora diga cómo fue esa puesta de sol que quemó su piel y que le dijo quién era, al terminar de nuevo le pide que esclarezca qué era lo que sentía o pregunta, ¿cómo fue eso?, ¿qué sucedió antes? ¿Dónde estaba mamá? busca que el narrador recorra la terrible escena, desde la conmiseración a sí mismo y ahora nuevamente que la recorra desde el recuerdo cinematográfico, desde la mirada del niño genio que se duele pero se guarda el secreto, ahora desde la mirada del adulto ciego y torpe, quiere que le conceda a ese niño no únicamente la victimización, sino la fuerza de decisiones tomadas en medio de la tormenta.
Ha querido cambiar su sillón que está vencido pero Ella no, aunque le está doliendo la espalda con más frecuencia, claro el sillón ya tiene más de veinte años, lo han reparado dos veces, no era, por principio, una excelente pieza, era usado, como todo, así que pensó en buscar un sillón más cómodo y bello, la belleza la orienta, sin ella desaparece, es lo que la mueve, incluso por eso le cuesta tanto desprenderse de su viejo sillón, el tapiz es primoroso y la marquetería tiene labrados en la madera, racimos de rosas que se descuelgan por los descansabrazos hasta las patas, es deslumbrante, debatiéndose entre lo nuevo y lo viejo es vencida por su necesidad de reparar de rescatar de resolver de remediar y eso es lo que hace, llama al tapicero y con él diseña algunos cambios, pero aún no puede entregar el sillón y llega el siguiente paciente.

El diván donde se recuestan los pacientes es espléndido no sólo por su generoso tamaño sino también por estar cubierto por un suave y acogedor tapete blanco y enorme que se desborda mucho más allá de las orillas, incluso habiendo cubierto el diván desde el piso por el asiento y abrazando el respaldo trepa por el muro hasta tocar el techo, está hecho de largas hebras de lana de borrego lo trajo de un viaje a Marruecos, los marchantes que se lo vendieron le dijeron que era el tapete del amor utilizado para dormir en él, es un tapete tradicional de las tribus bereberes cultura milenaria que hace su vida en tránsito permanente por los desiertos ese es un mundo que la atrae, visitó Marruecos en invierno una buena época para visitar el norte de África, hizo ese viaje en un intento por desentrañar un capítulo de su enmarañada infancia en la que se pierde buscándose para acceder a sus adentros, África es para Ella el centro del desencuentro y el núcleo de todo lo verdaderamente suyo, siendo una pequeña niña y estando de viaje en Marruecos entre arena y trenes, invadida por olores de borregos y camellos se perdió, los caminos que recorrió y por los que erró buscando volver le tomaron nueve años, parte de su deambulante alma se quedó ahí y añora trata de descifrar las tramas leviatanes que organizaron la tormenta que separa su vida en dos y mortificadamente la sella así separada.

El paciente llega saluda y se recuesta, Ella se sienta, y al mismo tiempo, percibe como la toma su desnudez impúdica desde donde escuchará siendo ese el único lugar donde está mil veces repetida: muerta, niña, mujer, hombre, anciana, desde donde es la esfinge muda que con aullidos sabe esencialmente su vacío, y estando así Ella dice…la regla es sencilla, debe hablar de todo aquello que venga a su mente aún aquello que le parezca inconexo irrelevante,vergonzoso o sin sentido,,, Ella sabe que las dificultades para asociar libremente son precisamente las que describen los rasgos de cada personalidad, algunos, meticuloso goteo preciso ritmo, deben seguir una trama ordenada y prolija de las cosas hiladas y consecutivas, de las horas, de cada palabra dicha, tienen cataduras obsesivas, pretenden con el orden, sostener un propósito, no extraviarse en sus malos deseos, en su exigencia aplastante, no vislumbrar siquiera sus perversos abismos, sus cumbres exhibicionistas, ni sus sádicos oleajes, el camino conocido será de cualquier manera interrumpido por el olvido, por el encuentro, por lo diáfano de un brillo. Otros, hacen colorida crónica de ritmos escandalizantes, de sabores y olores de rimbombantes garigoles para extraviar la mirada para no descubrir un vacio devorador, para bordear la falla y sumarse con las nubes del paisaje a un cielo efímero, mas sin remedio la gravedad los trae a su mortal andar y se desconocen deambulando en la tierra como todos, para dar un brinco de nuevo a lo dramático y quejarse con estilo de lo infame, de lo injusto y desenvolverse lentamente los aliños las plumas de avestruz, vedetes decadentes perdiendo lentejuelas en lo deslumbrante de la escena, seguir siempre aspirando sin sosiego a promover el deseo y no a saciarlo, quieren hacer, un “como que”, del deseo y eso es lo que no están dispuestos sostener. Otros con talento o sin él, describen su brillantez, su hermosura y dignidad, virtud y aptitud para la seducción, aspirando a la mirada sin parpados que los nutra desde la esclerótica brillante como lago congelado que es el ojo y que no pueda suspender el sostén del patinador, sostén y reconocimiento que ávido y a lamidas levanta cuando apenas hay un ¡deveras! Otros con sus historias, por momentos la envuelven sin que Ella se percate porque danzan un capítulo conocido por los geógrafos, y es cuando evacua por los oídos la sangre de lágrimas y a destiempo descubre a los tristes que van derramando como pajes los pétalos que dan guía al despropósito, al sin sentido, invadiendo con su densa humareda los ojos y las narices asfixiando, redefiniendo el mundo, solo cabe la huída del irrespirable mundo lleno de lágrimas y desilusión, entonces, saliendo del denso fondo saca la cara del barro y toma aire como si fuera la primera vez, sacude su pelaje como perro y le describe al otro la salida y la desilusión que lo espera y solo la conmiseración los acompaña como lazarillo ciego, los impulsivos dominar con desorden la escena, en fin, aunque en un primer momento a los pacientes les cuesta trabajo la regla de pronto logran moverse con fluidez en la libre asociación y es entonces cuando los paisajes más reveladores toman lugar, hay que perderse para poder encontrarse.

Habiéndose perdido la niña miró su entorno incomprensible, le pareció que pagaba un precio muy caro por su ira, el costo fue el desconsuelo por haber sido servida con la huida, fue hasta nueve años después que la policía entregó a la extraviada niña, Ella traía bajo el brazo su vida sus amigas sus penas y dolores, traía el azul añil las caricias unas dulces y otras evaluando sus destrezas, pero sus padres, ahora su referente, pretendieron alejarla de todo lo que significara el tiempo de su ausencia con tal fuerza que no se le permitió hablar de esos nueve años de su infancia ese tiempo extraviado que era de oro porque en él fue introducida a los temas esenciales de la vida. El silencio, pesada lápida con la inscripción borrada que hubiera dado cuenta de lo muerto siquiera e innombrable, tejió redes que se hicieron tartamudeos, caspa sobre sus hombros, tics en sus parpados, el silencio como serpiente hacía los trazos para desdibujar sus recuerdos volviéndolos etéreos, falsos, inválidos, debía cuidar las frases negando todo negando que hubo un tiempo en que ella no estaba o que estuvo en otro sitio, aprendió a tejer una red de acero fría sobre su memoria, le dejaron de tarea escurrirse como agua entre la trama del metal para recomponerse después, así se hizo criatura de mercurio que olvida quien ha sido y sigue siendo, olvido las marcas, y se hizo buscadora desesperada, que escudriña en sus adentros lo que ha sido, son las manos agitadas libélulas escarbadoras que no encuentran pero indagan, siempre hurgan. Ella tiene como quehacer central desentrañar ese tiempo, ella no estuvo ausente de sí misma aunque así lo sienta, ella estuvo ahí y en ese tiempo de su historia, se enriqueció de dolores, de luces, cantos y de tonos, Ella quiere tocarle las entrañas a ese tiempo secreto, sus padres, sus “rescatadores” no le permitieron desempacar esas puestas de sol, esas sandalias andadas, no le permiten hablar de esos lazos, de esos olores, de esos sueños, pero sobre todo de los horrores y los deleites de la vida marroquí. Ella monosabio rastrillo en mano, borro todo los avatares, sangre, impulso y la lidia de su paso por la tierra de Fátima.
Para Ella a sus cinco años, el mudo cambió por completo, creyó que se había perdido, le dijeron y afirmaron mil veces que se perdió, pero con los años, se dio cuenta de que eso no era cierto, lo que sí fue cierto es que la soledad y la tristeza la inundaron, y a pesar de ese mar de duelo, su pensamiento estaba ocupado en diseñar estrategias para sobrevivir a su odio, sobrevivir al viento y al tiempo, desatadas las nubes pasaban a gran velocidad haciendo sombras que no acompañaban a nadie, la niña trataba de encontrar su camino de regreso, se entregó a la guía de una mano, buena samaritana que ella tomó con urgencia, la caminata fue muy larga por calles angostas con muros altos de colores vivos y muertos que forman rutas complicadas, trayecto marcado por el rápido paso de quién la guía, paso que se multiplica en sus pasitos de niña, ella siente el rítmico golpe del pequeño bolso con ropa en el que había guardado solamente: un pañuelo perfumado, que le dio su abuela en Madrid ya para salir a Marruecos, la viejita los acompañó solo unos pasos fuera de su casa hasta la esquina donde colgaba un cartel de Franco convocando al referéndum de 1966, la detuvo y se agachó lo más que pudo para estar cerca de Ella, …ven mi niña linda,,, desde una ventana cercana salía una canción, era la radio que cantaba Raphael …Yo soy aquel que cada noche te persigue, el que te espera, aquel que sueñaaa cada nocheee con tu amooor,,, la abuela le dijo bajito y al oído …toma este pañuelito de lino, lo perfumé para que cuando sientas nostalgia lo huelas y te acuerdes de mí y se abrazaron,,, en el pequeño bulto trae también su vestido de flores amarillas y su rompecabezas, es realmente poca cosa pero se aferra a él como si fuera el único contacto con la certeza con lo conocido, la mujer que dirige sus pasos va envuelta en grandes telas negras con la cabeza y cara cubiertas, Ella apenas puede verle los ojos y la mano que la anima a seguirla es una mano delgada, femenina que se mueve a acompañando las palabras incomprensibles que salen a través de aquel atuendo, se mueve como bailando a la par de esa voz, Ella pensaba que le indicaba …!avanza, sigue camina!,,, La niña se imagina que todo este horror concluirá sin demora y supone que le estaba diciendo …!ya casi llegamos, vas a ver a tu mamá, te espera tu papá y tus hermanos, se van a poner felices cuando te vean, las cosas van a cambiar para bien!,,, frases que su abuela le hubiera dicho para que ella pudiera sortear su realidad de niña, frases en las que no se incluye el odio de su madre, ni la ira por la locura con la que su mundo es marcado …no llores mi niña preciosa, verás que la vida te dará cosas por las que vale la pena llorar, estas son pequeñeces,,, pero la mano se agita y ella siente que le dice …apúrate ya falta poco,,, en realidad son palabras de un idioma indescifrable insondable por ajeno y por el mundo que le descubrían, también era inimaginable a sus cinco años, recuerda mientras camina rápido y sin descanso, que en su último cumpleaños invitaron a su abuela y le trajo de regalo el gatito café con los ojos amarillos es la criatura más hermosa del mundo, incluso antes de salir para Marruecos pasan a dejarlo con abuela con su “mamágrande” como le gusta decirle en secreto, ella le prometió que lo cuidaría para que no se pierda, la mano que la anima con ademanes y gestos, está pintada con líneas delgadas y oscuras que hacen dibujos de garigolas como si tuviera un guante de encaje, Ella mira a la mujer que camina frente a ella y adivina que debajo de toda esa ropa la marcha la hacen un par de piernas fuertes que dan pasos firmes, vigorosos, camina rápido, Ella se siente cansada, la garganta se le hace de cartón de tanto jalar aire, las calles cambiaron del amarillo al naranja y azul turquesa, ahora azul rey, ahora las paredes son azules, ve algunas ventanas verdes, algunas las puertas son pequeñas. Caminan por estrechas calles, cruzan una plaza enorme donde todas las personas llevan cubierta la cabeza, hay mucho alboroto, el sol se hizo presente sin dar tregua a ese cuerpo agotado, salen de la plaza y el reclamo de su cuerpo por el incandescente sol disminuye al sentir las sombra que nuevamente le ofrecen las diminutas calles, aunque la plaza le dio la sensación de que ése era el lugar a donde iban, al entrar escudriñó entre la gente escarmenó los perfiles las siluetas buscando lo conocido aunque temido pero la marcha sigue, ahora que de nuevo entran a otra intrincada ruta de calles minúsculas y frescas aceleran su paso, la mano la suelta y la niñita estira su brazo intentando tocar el atuendo que cubre a la mujer de manos de encaje, pero apenas la rosa, la mujer no se percata y sigue su paso veloz, se encuentran de frente con un par de burros que caminan uno atrás del otro, son burros enanos, los únicos animales de carga que caben en esas calles tan estrechas como los pasillos de su casa en Guanajuato donde jamás nadie metería un burro porque todo debe estar limpio, cada uno de los animales traen sobre sus lomos y a cada lado un par de enormes vigas de madera, vienen amarradas a sus cuerpos como condena y los extremos posteriores de las vigas son arrastrados sobre el piso de piedra, las vigas van haciendo un estruendo que anuncia su irrupción, la mujer la empuja suavemente pegándola al muro, se detienen privilegiando el paso de los animales con su carga que toman toda la calle, la niñita se estremece, ve pasar al par de burros arrastrando su estrépito y los puede oler ¡ese es el olor de los burros! se dice a sí misma mientras deja de sentir por un momento el pánico de su circunstancia, los ve pasar llevando sobre sus cuerpos ese notable peso, se conmueve admira los peludos cuerpos, ve que caminan con la cabeza gacha, piensa que los animales tiene para sí una vida indescifrable, imposible, inmensa, como la carga que arrastran y vuelve a su carrera tras las manos de encaje, trotando casi corriendo siguiendo a la mujer que habla ese idioma incomprensible y que en este momento es su único referente en la vida, buscando salidas a ese galimatías va con sus ojos escudriñando caras, letras, algo, pero los rostros están cubiertos y no la miran, miran sus caminos, miran para dentro de sí mismos, no hay letreros, ni nada que la oriente, además es tan pequeña que no sabe leer, está muy cansada, podría sentarse a llorar, quiere decir que ya no puede más, quiere quedarse dormida, pero la mujer de manos de encaje la anima y su tono denota su fastidio, su cansancio tal vez, Ella no sabe si quién la guía es una joven o una vieja no sabe con certeza si realmente es una mujer, pero sí si es una mujer, la voz, lo poco que ve de sus pies y sobre todo la mano dan cuenta de su femineidad, Ella puede soportar esa distancia porque lo que conoce es una madre distante, dura y fría, así que no acude a su guía por apoyo, siempre se ha sabido sola, ahora ya le duelen las plantas de los pies y no puede detenerse así que camina como si sus pasos ya no los dirigiera su voluntad sino la de la otra, como si sus pasos fueran automáticos como si ella estuviera dormida y sus pies fueran solos, estado de las cosas que vuelan con el viento sin otro impulso que su oposición, ya no levanta la vista anda así sin ver cabizbaja como los burros, al doblar una calle ya no están adentro, están afuera y pasan automóviles y caballos, ahí si hay letras, y bicicletas apoyadas en las parede, por la ancha calle caminan unos niños de la mano y su madre adelante con un atuendo enorme y que aletea con el viento, en el fondo divisa la mezquita de Aixa Jadra y en un muro junto a las bicicletas apoyadas con descuido, un cartel que anuncia la Colección de Alcazarquivir en la Biblioteca Nacional, avanzan y cruzan calles menos vistozas y de pronto el paisaje toma todo …¡es el campo! piensa Ella sorprendida cuando cruzan la carretera y sus pies se encuentran con la tierra, con las caricias de la hierba en sus piernitas y con el rocío que le moja los calcetines, súbitamente siente como la levantan las manos de encaje y la entregan sentándola en las ancas de un caballo negro, le indican que se detenga abrazando al cuerpo del que dirige a ese animal, sus manitas apenas logran sostenerse de las arrugas de la ropa, la mujer de manos de encaje monta sola sobre un caballo gris con la crin negra al que de inmediato arranca y hace correr al animarlo con sus pies, el cuadrúpedo negro que la sostiene a Ella arranca también encarrerádose bellamente, va adelante, mira tras de sí va manos de encaje inclinada hacia adelante concentrada en su ruta, y ve como los lienzos que cubrían su bella cara al golpe del viento se desenredan y los lleva al viento hondeando el aire como las ropas de los tendederos, Ella se percata del peligro de caerse y se detiene con toda su fuerza reteniéndose del hombre, él antes de arrancar le indicó con ese idioma incomprensible acentuando lo que le decía poniendo sus manos inmensas de hombre fuerte y tostado por el sol, sobre sus pequeñas manecitas de niña y apretándolas a su cintura y metiendo sus deditos en el cinturón que lo rodea, confirmando que debe detenerse con fuerza, entonces siente el primer jalón de la zancada del animal, la velocidad y el trote la sacuden, se siente viva, se siente íntima en ese abrazo y esa ruta, como si la protegiera aquel hombre de negro turbante, la ruta que siguen la lleva fuera de las calles y hacia el campo, de este cuerpo del que se sostiene, siente la firmeza y mana un olor a especias, un olor a agitación del que ella se sostiene viendo pasar bajo sus pies el piso que se deshace en ráfaga y al que ahora teme, bajo sus muslos siente el pelaje del caballo, la tibieza de ese cuerpo que mece los músculos haciendo un arrullo firme, tibio y suave, encendido de afanosa precisión, el viento que siente en su rostro tiene el ritmo de las ancas del caballo y con todo su cuerpo de niña trata de seguir esa cadencia asociándose íntimamente con la aventura.

El paciente llega saluda, Ella sabe que él está particularmente preocupado por su apariencia, ahora viene de traje oscuro y corbata dorada peinado con muchísimo cuidado, camina hacia el diván y se recuesta ahí sobre el tapete blanco pidiendo disculpas por llegar tarde y habla, Ella lo escucha atenta, hace notas pero quiere preguntarle por su hija y no lo hace, es una regla fundamental no lo hace espera a ver si para él ese tema es aún relevante y es casi al terminar la sesión que él dice …aún no sabemos si la bebé se va a quedar ciega,,, la sesión transcurre repasando los conflictos que dice querer resolver con su esposa y los conflictos que dice que quiere resolver con su amante, todos estos avatares se mezclan en una suerte de nudo hondo y negro con los recuerdos de los terribles castigos que su madre le infringía, sin embargo su infancia terminó no cuando ganó su primer salario, vendiendo cartón y vidrio que recogía por la calle, el verdadero cambio en su vid, no fue cuando su madre recibió de sus manitas de niño el dinero ganado con ingenio y grandes esfuerzos, ni cuando lo miró orgullosa y encantada, sino cuando su cuerpo se agita, serpentea sin aviso, sacudiéndolo, estirándolo, se estremece, piensa que no volverá a suceder pero la sorpresa es descubrir que es presa de este mal que lo acomete tirano enemigo que lo esclaviza y es desde entonces su consorte, las primeras extrañas convulsiones son una contorsión gigante, contundente visible, doloroso calambre que cruza su cuerpo lo somete y se repite cada media hora, treinta, cuarenta convulsiones al día, a veces cincuenta, entonces todo pierde sentido debe enfrentar esta condena y sus recursos son la perseverancia y la disciplina que ha desarrollado trabajando para conseguir unos centavos, como hormiga marcha sin tregua a hacer lo que debe y parece que así con estas destrezas puede enfrentar esta maldición, ¡tratar de controlar! estar atento a la señal, al aviso, a esa indicación llamada aura, que anuncia la llegada de los agites, descubre que para no convulsionarse debe estar bien apoyado, sentado o parado de cierta manera, descubre que no debe agitarse, que no debe alegrarse, que no debe bailar, que no debe vivir para poder vivir.
Ella escucha a su paciente hacer esta crónica inteligente, prolija, esta culta descripción de su circunstancia, Ella sabe lo que es que el cuerpo marque el paso, que el deseo incluso que la voluntad tenga que ser usada para servir a la dictadura del cuerpo, Ella recuerda que no quería más, que no podía más y se escapa, se precipita por las enmarañadas calles de no sabe qué ciudad, corre aún con las manos teñidas como guantes de encaje, con los pies pintados con primor, vestida con sedas, aretes pulseras y collares enormes, corre, se desprende de esa arquitectura como fruto maduro y como fruto maduro que se desprende se encuentra rotundamente con los límites, la detuvo una mano enorme, fuerte, acompañada de una carcajada, de palabras irónicas y dulces como dátiles, que a jalones la regresa a su circunstancia a vivir lo imposible donde no debe vivir para vivir. Entonces Ella dice …¡Cuánto control, cuántas limitaciones debe haber sido muy difícil!,,, el paciente se estremece, él lo sabe perfectamente, pero al escucharlo de esa voz, de esa mujer, lo confirma, doliéndose de sí mismo resintiéndo todo ese tiempo, ahí su historia cobra una nueva realidad, ese dolor lo acomete inundándolo entero y mientras salen sus lágrimas guarda silencio, las imágenes de Ella atropellada atrapada y de él adivinando y frenando las convulsiones, de Ella soportando esa carga inmensa y no dejándose morir y de él disimulando y cargando con su ser epiléptico clandestino y vergonzante, así el silencio ocupa el lugar hasta que ella le dice …¿y?,,, El paciente dice indignado …!pero si fue un tiempo terrible, tardé años en encontrar el médico correcto, el medicamento, y aun así me siguió torturando!,,, Ella insiste …sí ¿y?,,, el dice explicándose …pero cómo ¿y? si fue terrible!,,, Ella le contesta evidenciando …sí y sin embargo, pudiendo haberse paralizado, escondido, pudiendo haberse entregado entero a representar esa tragedia, no lo hizo , se ha dedicado a vivir y aquí esta,,, obviando que la desventura es relativa, que aunque sí que la vida ha sido casi invivible, la gramática con que se nombran esos oscuros pasajes le da sin embargo, la fuerza de sobrellevarlo todo, examina cómo pudieron con ella, obviando que él ha sido más fuerte que las acontecimientos que pudieron haberlo derrotado …ya terminamos, nos vemos la próxima semana,,, el paciente, sale desconcertado, pensando, que nadie ha dejado de conmoverse o por lo menos de escandalizarse y de pronto esta psicoanalista le dice que “¿y?” piensa indignado, tratando de interpretar la interpretación, sintiendo todos los ecos que hace en su historia, en sus versiones, en lo que siempre ha sabido y de lo que aspira a salir, y preguntándose, pero ¿por qué? ¿qué no es una tragedia? ¿qué no es terrible? y en la medida que avanza sobre la banqueta repite esta nueva versión, aunque realmente ¡sí pude con eso!, ¡aquí estoy! Y los ecos se hacen más armónicos y sobre todo más delgados, a pesar de todo camina tirando como andrajos la conmiseración que lo abatía y se deshace de su vieja piel como serpiente renovada, siente como el entusiasmo lo invade, camina, sintiendo una especie de frenesí.
Ella se queda recordando su propio psicoanálisis y la primera vez que la interpretación fue …¿y?,,, Ella no lo podía creer, y sin embargo esa intervención revolucionó su relación consigo misma, aligerando la dimensión dramática y paralizante de su historia, pero sobre todo, colocándola irremediablemente ante su fuerza para sobrevivir, haciéndola responsable de sí misma de aquí para adelante, el pasado sí era el mismo pero dejó de ser la reverberación que la ensordecía.

Fueron a España a ver a la abuelita, su Yaya, y a ver a un psiquiatra, al gallego Manuel Cabaleiro, autor prolijo y de gran erudición quien mantenía una estrecha relación con la psiquiatría francesa, Ella esperó afuera, en la salita con su abuela, el piso era de cuadros negros y blancos, inventó el juego de solo pisar los negros y saltar los blancos hasta que salió una enfermera a callarla …!niña SSSSH!,,, se avergonzó, rápidamente se refugió en el regazo de su abuela que siempre huele a jazmines y que sabe hacer juegos en silencio y sólo con las manos, al salir escucho a su papá hablar dolido, resignado y severo, aguantando la ira, y la tristeza de la esperanza perdida, pero eran, en ese momento, palabras indescifrables para ella …sí el doctor nos confirmó el mismo diagnóstico que en México, es una psicosis depresiva con rasgos paranoides y no puede dejar de tomar los medicamentos, Ella atendía la conversación sin entender del todo lo que estaba en juego y le repitió ingenuamente a su mamá ...no debes dejar de tomar tus medicinas mamá,,, ese fue el inicio de pleito que duró horas, los gritos y los jalones, mamá estaba furiosa y quería dejar de tomar esas medicinas las odiaba, la adormilaban, la hacían babear, le hacían los músculos de madera.


La paciente como siempre, entra hablando a gritos, agitadamente, deja su bolsa en la sala de espera, explicando porque viene vestida así, se mete al baño y habiendo cerrado la puerta y desde adentro grita …!tengo mucho que platicarte ya me habló mi hermana!,,, Ella espera dentro del consultorio con la puerta abierta, la paciente entra, pone en un sillón su bolsa, se quita los zapatos, mueve los cojines, se quita los broches del pelo, se cubre con una manta mientras sigue hablando a gritos, Ella vaticina que va a ser una sesión difícil, de pronto la paciente se sienta y dice rogando casi lloriqueando …déjame fumar, solo un cigarrito,,, ante la clara negativa, lo suplica gimiendo …¿pero por qué?, solamente un cigarrito,,, Ella le dice amable pero firmemente …aquí vienes a hablar no a fumar,,, con una expresión de niña emberrinchada, la mira de reojo finalmente se recuesta, se conforma y dice … ¡ha sido terrible la semana, la sirvienta no llegó, tuve que venirme manejando la camioneta y no me gusta manejar la camioneta, es una lata, pero ni modo, mi coche está en el taller porque los rines de magnesio que le mandó poner mi marido no me gustan!, además ¡¿por qué decide sobre mis cosas!? ¡eso no se lo voy a permitir!,,, se sienta de nuevo y dice rápido y dramáticamente …¡mi marido es un estúpido, él sí está loco de verdad, él es el que debería venir aquí ¿no lo puedes recibir? con tres sesiones lo dejarías perfecto ¡porque tú eres ma-ra-vi-llo-sa!,,, y levantando las manos dice …¡mira todo el bien que me has hecho!,,, se recuesta de nuevo, pide disculpas …¿estoy mal verdad?, bueno no tanto,,, se contesta y dice … ya no quiero venir a terapia, realmente ya me siento bien, no me gusta esta dependencia,,, Ella le pregunta …¿te hubiera gustado controlar todo cuando eras niña y que tu mamá no se fuera y te dejara?,,, la paciente se despliega en una narración pormenorizada de su infancia, de cómo buscaba a los vecinos para platicar, para que la miraran, para que le hicieran caso, Ella le dice …tus hermanos estaban ahí, sufriendo lo mismo que tú pero su compañía no contaba, no valía porque eran carroña también, también los había abandonado mamá tenían la misma hambre,,, la paciente contesta …sí verdad, a mis hermanos ni los recuerdo, sé que estaban ahí, vivían con nosotros pero están borrados,,, Ella le dice …solo valen las miradas de los que no sean hijos de tu madre, ¿tú crees que mamá te quería?,,, la paciente recuerda que su madre realmente sí la dejó cuando era una niña, le han dicho que era alcohólica, y que la adoraba …alguna vez me dijo que lo que más le dolía de haberse ido, fue precisamente dejar de verme, yo era su niñita y mi papá me dijo, que yo adoraba a mi mamá, que la extrañé muchísimo y que a partir de eso me hice muy difícil pero mi papá también me abandono,,, Ella dice … en realidad, y tú lo sabes, tu papá no te abandonaba, lo que sucedía es que se iba a trabajar, pero igual daba, para ti como niña era desesperante, era temible que se alejara papá, estabas temerosa de un nuevo abandono y necesitadas de muchos aseguramientos, la compañía y valoración,,, la paciente asiente en silencio y se enjuga las lágrimas, se hace un silencio y Ella le dice …ya terminamos nos vemos la próxima semana,,, la paciente no se levanta, se queda en el diván y cambiando de tema, como sacudiéndose de todo el proceso afirma festivamente …¡hui, es que no te he contado la última noticia! me dijeron que mi hermana es psicópata ¿o perversa?, ¡hay ya no sé!, pero que, por eso, se acuesta tanto con mujeres, como con hombres y además, que por eso en su último trabajo hizo un fraude, mi-llo-na-rio,,, Ella es consciente de la seducción que ese tema pretende y cómo busca prolongar la sesión, así que insiste ahora levantándose y abriendo la puerta del consultorio, dice …ya terminamos, nos vemos el próximo martes a la una,,, la paciente sale hablando …!ha sí, sí sí!,,, e incluso, ya habiendo cerrado, tras la puerta sigue despidiéndose y agradeciendo …adiosito eres un ángel, que Dios te bendiga, bay,,, Ella se queda cansada, , el paisaje de ese desorden desbordado, con el que inhunda es sin embargo un trabajo muy indispensable.
Los pacientes a veces vienen por lo urgente, y algunos se quedan a conocerse, a cambiar Ella conoce este paisaje la remite a las algunas de las dificultades que Ella enfrentó de niña con su madre, quien tenía una personalidad inestable, y peligrosa. Mamá era una mujer desordenada, egoísta, infantil, se arrastraba sobre el paisaje devastando lo que intentará ponerse en pie una y otra vez, suplicio su presencia, martirio su interior, mamá era así, solo así se explica cómo pudo perder a su hija en África, regresar a Guanajuato y seguir viviendo sin conflicto, o mejor dicho, porque ya no le cavia ningún otro conflicto que su permanente sensación de inexistencia, Ella ha pensado en esto de distintos modos, como la niña dolida por la locura de su madre y ahora con la mira telescópica con lentes bien pulidos sabe que esa mujer, su madre, simplemente apenas podía amar, agotaba sus fuerzas en sostenerse medio cuerda, entonces repiensa más generosamente, es casi seguro que si haya habido dolor y que incluso mamá haya viajado a sus reclamos mas filosos y se haya mortificado de silicios, además piensa, no, en realidad yo sé que no fue que ella me extraviara simplemente, lo que sucedió fue que yo me fugué, por eso que llevaba mi bulto con el pañuelo de la abuela y aparece en su memoria algo fresco y claro porque recuerda el vestido de flores amarillas y se alegra de este nuevo recuerdo, como si el arcoíris adquiriera un nuevo color, así todo lo asociado con ese vestido y con el amarillo emerge la empuja a la búsqueda, sigue recordando, después de deambular por esas calles desconocidas, no pude volver sobre mis pasos, seguramente me aleje más de lo que podía reconstruir, entonces me perdí, claro me escabullí porque era un infierno la vida con ella, la presencia de mamá hacia el aire denso y filoso, agotador vínculo anegado de hocicos descalificadores y grandilocuentes, era ira inagotable, sí inagotable la violencia, la distancia y el inconexo amor, pasaba del cariño expresivo y de contundente. exhibicionista con voces, palabras, abrazos , moños, festejos y de pronto el olvido, Papá amaba su momento festivo su sensualidad batiente, su voz entonada cantando y la casa se llenaba de flores y amigos, y todos agachábamos la cabeza cuando los demonios aparecían por sus ojos y su voz, siempre lo mismo, mamá desgañitándose y mortificando a todos, papá no podía detenerla, no lo culpaba porque lo veía ahí, también asustado como Ella, pero la única certeza era que, al llegar los oleajes de ese mar de vidrios, mezclado con lodo de agujas lo que era verdad es que, mamá no se iba, en cambio aquellas personas que sirvieron de refugios temporales, aquellos brazos, aquellas manos que peinaban mis trenzas, las amadas sirvientas, me decían quedito …hay niña, pobre de usted, yo ya no aguanto niña, lo siento, pero me voy a ir y la voy a dejar aquí solita, es que su mamá está reloca, nada le parece y nos grita y nos golpea o le parece todo y no sabemos ni por qué,,, aun así, recuerda de pronto, sin entender que era lo que desataba ese gesto, mamá, le acariciaba la cara dulcemente y le decía …¡qué bonita eres, cómo te quiero mi niña amada, eres lo más bello de la vida, y te voy a decir un secreto, ¿me lo guardarías? tú de entre todos mis hijos eres la que más quiero, tú preciosa!,,, y le besaba los ojos y las puntas de sus trencitas, a pesar de que a veces la llegaba a tratarla así, Ella pensaba, deseaba que algo de su vida se conservara fuera de la sombra de la locura, para que mamá no hiciera con la vida de todos, con la de su hermanos y la de su papá un nudo de horror y conflicto permanente, pero no conoció otra vida, y sin embargo ahora reconoce que lo que la impulsó a irse, era creer en otra realidad posible para ella, fue que adivinaba, suponía el paraíso y este supuesto construido de pequeños indicios la llenó de fuerza. Sacó del fondo del costal de su memoria, un día de primavera en Guanajuato, tal vez tenía cuatro años, iba caminando con un vestido muy lindo de la mano con su madre, al llegar a las calles aledañas al mercado de San Miguel de Allende, sobre esas banquetas de piedras enormes, pulidas por los centenarios transeúntes, caminando rapidito y ya para llegar al mercado, las casas eran más pequeñas que la suya y podía mirar por instantes, dentro de algunas por que dejaban la puerta de la calle abierta para refrescarlas, podía ver al fondo de un pasillo lleno de flores, una sala con los muebles forrados de plástico, las mesas con carpetas tejidas por las mamás, a veces, si el instante se alargaba, podía ver en el muro del fondo la foto de la boda, junto un altar adornado con flores artificiales, llego a ver a la mamá de esa casa con su mandil, Ella quería una casa así, una mamá así, con mandil y guaraches, una mujer predecible, esos deseos sin embargo eran vagos y fugaces, pero iban dejando un sedimento que se acumulaba en su aspiración, no tenia registro de un maternage distinto al de ser criada por el espanto y la incertidumbre, que en cualquier momento en cualquier instante la ira, empujada por las voces que solo mamá escuchaba, y ver como a mamá de un momento a otro, se peleaba de gotas de sudor la cara, su frente y se enjutaba, era el miedo, sus ojos veían el aire viendo lo que no estaba, y la escuchaba gritando con la convicción absoluta de un peligro inminente, y lo más espantoso, lo verdaderamente terrible, era cuando la miraba a Ella y señalándola con el índice le decía a gritos, …!tu también me quieres matar , tu también me odias, a mi no me vas a engañar niña estúpida, primero te mato yo!,,, al escuchar esto Ella se sentía muy asustada, culpable, descubierta sentía que tenía un pecado que no tenia asiento, sino en el deseo de que volviera su mamá buena su mamá cariñosa, la que estaba tras esa máscara iracunda . Trataba de recordar su infancia, los recuerdos pasaban como nubes en el cielo, deformes, cambiantes.
Esperando en su consultorio sentada en el viejo sillón, con un libro cerrado entre las manos, piensa, sabe que los pacientes vienen buscando alivio, algunos los menos, se quedan después de haber resuelto lo urgente, a conocerse, a conflictuarse, a reinventarse, sin embargo todos son preciosos para su vida, todos le ofrecen laberintos para recorrer, Ella puede acompañarlos en sus tramas tejidas de los girones de sus infancias, de sus buenos y malos deseos, de sus engañosos ojos llenos de espejismos, que adivinan lo imposible y justifican sus desvelos con vapores inconexos, sabiendo que para develar algo de esa noche hay que ir a la lejana infancia donde la humanidad se forma.
La mujer de las manos de encaje la toma por la cintura y la baja del caballo negro, el cuerpo del animal está caliente por el esfuerzo y la niña siente ahora el viento frio que refresca sus piernitas, y sin tregua reinician la veloz marcha, ahora en “Puerta Del Desierto” que es la ciudad de Zagora, caminan rápido y únicamente por las calles que bordean la ciudad, llegado a un punto para Ella como cualquier otro, manos de encaje mueve la cabeza buscando y finalmente levanta la mano y la agita en el viento divisando más allá de las arenas en ese paisaje del color de barro ya casi donde no se alcanza a ver esta el pueblo de Tamegrout esa es su meta, aun que Ella no lo sabe, con la arena moviéndose al ras del piso, como una suave brisa, los pasos de las dos se adentran en ese paisaje café y cruzan ese páramo, para protegerse de la arena Ella cierra sus parpados dejando a penas una rendija sus ojos, se deja guiar casi ciega por esa fuerte mujer, la marcha cambia cuando pueden sentir el refugio que les ofrece la arquitectura de Tamegrout, a pesar de su aparente modestia esta población alberga un importante centro religioso, famoso por la rica biblioteca que alberga la más importante escuela coránica. Caminaron resguardadas por la sombra de los muros siguiendo la ruta que las llevo hasta lo que parecía una entrada cuadrada, adentro todo era oscuro, camina siguiendo de cerca a manos de encaje, esa negrura se hizo más densa y de pronto la ruta se hizo más compleja, se convirtió en un laberinto subterráneo, Ella sintió temor de perderse en ese submundo y apresuró su paso hasta alcanzar y tomar la mano de su guía con firmeza, así fue conducida por esas callejuelas de muros cerrados en lo alto bloqueando la entrada de la luz, es por eso que de pronto el trayecto se hizo completamente a oscuras, Ella ahora abre los ojos lo más que puede y no distingue nada, todo negro, así que su manita da cuenta de su temor apretando, la ahora mano amada de encaje, solamente los conocedores de estos oscuros caminos enmarañados pueden caminar por esa tenebrosidad con destreza, la mano de encaje le correspondió asegurando con consistencia la pequeña mano y la condujo sin darle respiro, aunque la frescura de la sombra la envuelve, la alivia del calor y la alienta, la oscuridad absoluta de esta maraña de pasos la hace entregarse con verdadera devoción a esa mano mágica, la ruta se ilumina apenas y solo en algunos lugares las ranuras permiten que se filtre lo luminoso de débiles rayos, es por eso que Ella pudo ver por un momento tan solo, a unos niños que se acercan traen en la mano una varita con la que arrean a un borrego negro, solo un instante y de nuevo la oscuridad se apropio de la ruta dejándola sentir en sus narices el aroma del animal y a sus oídos las voces de los niños , y ya sin ojos y dejándose conducir se atrevió a pensar que esto que le pasaba era como el viaje a un sueño, donde todo es difícil de descifrar y sumamente relevante, de pronto, se detuvieron, tropezando la niña con el cuerpo de la mujer, apenas percibe un rayo de luz que transita por el aire revelando a su paso dl polvo que levantan los pasos de los errantes, ahora la percibe bien es un rayo que tiene una luz larga que viaja por el aire hasta que toca una puerta muy roja pequeña, frente a la que se detienen, ellas se tiñeron enteras de luz carmesí, antes de golpear la puerta, manos de encaje se hinca en una rodilla y fija en Ella sus bellísimos ojos negros, la única parte del rostro descubierta, la mira directamente a la cara y le habla suavemente, su voz sale filtrada entre los pliegues de su atuendo, al mismo tiempo, con sus delicadas manos, le alisó el cabello, esa caricia le recordó lo mejor de su mamá, esa ternura delicada le trae un recuerdo de los días soleados en Guanajuato con tragos de agua de limón en la cocina de piso de barro, pero no pierde su atención a la caricia y siente que casi se desmorona de cansancio, de pronto con esa misma mano, le da una cachetada no muy fuerte, pero logra despabilarla mientras le sigue hablando quedamente, se acerca aun más a la cara , y así muy de cerca, levanta el índice frente a sus ojos, diciendo algo por-meno-rizada-mente incomprensible, le acomoda la blusita, su falda, le quita de las manos el bultito de ropa, entonces manos de encaje se y toca la puerta dando cuatro golpes. Tras esa puerta encontró lo que sería su mundo y ahí si había control. Los primeros años con todos sus días fueron de desconciertos, de rigores incomprensibles, de anhelos que debían ser postergados, de palabras que se le fueron esclareciendo, sabores nuevos, ropa insólita y a veces primorosa, espacios, ventanas y jardines, las caras de otras niñas, pasaron los meses y así pudo comprender los anuncios de que un día, llegarían los hombres, iniciaron las revelaciones de cómo debía tratarlos y cómo debía moverse con la música de sonidos nuevos, cómo debía verse, cómo debía hablar.

Capítulo 2.- Del Desamparo Y Sus Estelas

Se recuesta en eldivan y habla …Cuando era niño vivíamos en Chihuahua , yo fui un niño bueno, aplicado, de dieces siempre, me querían mis maestras, a medio día, al salir de la primaria caminaba para llegar a mi casa, era un camino largo a veces acababa muy acalorado y hambriento, iba deseando la sombra de mi casa y esperando que hubiera comida, al entrar dejaba mi bolsa con libros en una silla junto a la puerta y la esperaba, minutos después ella llegaba del trabajo, también acalorada, se quitaba el vestido, botaba los zapatos y me pedía que le diera masaje, “sóbame la espalda” me decía, yo era un niño, aun que ya no tan chiquito, tenía como doce años, y ella solo traía un fondo delgadito se veían los perfiles de los pelos de su pubis, sus pechos y sus pezones, sus nalgas, casi como si estuviera desnuda, yo sentía que era un alago que me pidieran que las sobara, me sentía apenado porque me excitaba, y sí sin decir nada la sobaba y la sobaba, pero pasaban los minutos y las horas, entonces el cansancio me iba invadiendo, yo no me atrevía a decir nada, mis manos se dormían, las palmas me picaban, mis brazos apenas resistía, me agotaba y ella no decía algo como “ya gracias, o suficiente” o algo, para que yo pudiera descansar, algo, no, yo me agotaba y ¡nunca era suficiente!, aun que digan que a todo se acostumbra el hombre ¿verdad doctora?,,, se hace el silencio y Ella finalmente dice … a partir de que mamá había dejado a papá, la sentías capaz de cualquier cosa, desde luego de dejarte a ti, parece que ese niño no se atrevia a alejarse de mamá y decirle no tengo ganas y no dejaba de sobar y sobar ¡y lo hacía para que no lo dejaran, para que no lo abandonaran! porque estaba asustado, ahora, sigues haciendo lo que no te gusta, lo que no quieres hacer para no perder a tus “amigos”,,, él no dijo nada se quedó callado sintiendo como se iluminaba el horror, viéndolo ahí agazapado y poderoso, finalmente habló … no sé si era viernes o lunes, no era martes, creo, ¿no?, si, bueno no importa, pero llegaron con el gas y no me habían dejado el dinero los vecinos, eso no me gusta, ¿por qué tengo que poner de mi bolsa? así que por primera vez, decidí que no dejaran gas hasta que todos hubieran pagado, me dio mucho miedo hacer eso, seguro por lo mismo, seguro, y, aunque claro la del departamento dos no quiso pagar, dijo que ella no usaba gas, que ella no tenía porque pagar lo de los demás, que ella siempre paga todo, en fin se puso sumamente difícil y yo, no me atreví a cerrar la llave del gas que surte su departamento, hubiera querido hacerlo pero no pude yo sé que debí haberlo hecho, cuando fui a cobrarle ella abrió la puerta y andaba en fondo cuando ,,, y se calla, el silencio da cuenta de que está a punto de descubrir cómo se actualiza el miedo del niño, Ella le pregunta …¿es como tu mamá abusiva y seductora?,,, y él dice …!no! no para nada doctora no, pero si es diferente, no para nada. ¿O será? ¡cómo estar con mi mamá!

Ella lo sabe por que así fue, igual, para Ella con la señora del encierro, la que habla rápido y fuerte, es gorda, muy gorda, desconsiderada y egoísta, también tiene las manos pintadas como encajes, se ven distintas no tan bonitas estas manotea el aire disponiendo y mandando, sus aretes son grandes bailan, brillan, tienen destellos que titilan cada vez que habla y ordena, a veces manda quedito, pero con Ella es distinto, siempre le habla a gritos, y la niña entiende que se desespere, porque Ella no entiende nada, entonces ¿por qué va a ese lugar donde está la mujer gorda que la maltrata, que le habla feo?, ¿por qué se pega a su vestido?, Ella siente que la ve como si fuera una niña tonta y sin embargo al día siguiente, siempre, en algún momento se le acerca, busca algo que sabe que ahí no está, a Ella no le gusta hacer eso y sin embargo lo hace, llora y se pega a las piernas de la mujer gorda e insolente, altanera, de la persona que peor la trata. Ahora sabe que se le acercaba porque se parecía a mamá, porque le hablaba igual, aunque no comprendiera las palabras, la intención de dañarla era clara, y ahí estaba en los tonos, en los ademanes, en los ojos que la miran apenas y como cosa y no como niña, eran iguales …¡quítate!,! hazte a un lado, estorbas!, ¡no molestes!, ¿qué no sabes hacer otra cosa que estar estorbando?, !mirate, que no te fijas ! ¡ve a hacer algo útil!,,,


El paciente llega, entra al consultorio aclarando su garganta, se recuesta en el diván y dice …Estaba recordando cuando me pedia mi mamá que la sobara, realmente tenia once años no doce como le dije, realmente me cansaba tanto, y de verdad no me atrevia a dejar de sobarla, aveces se quedaba dormida y yo seguia, sabiendo que ya no se dabsa cuenta, bueno queria decirle eso,, hace una pausa y continua ...!doctora es que me molesta tanto no poder decir las cosas con claridad!, vendí el coche ¡finalmente!, y la señora que lo compró vino a recogerlo, cuando ya se lo estaba llevando, se detuvo y por la ventana me dijo medio lloriqueando, “¿se lo puedo dejar aquí unos días y que lo venga a ver el mecánico aquí?” yo no quería no tengo lugar yo para tener ahí un coche, pero estaba a punto de aceptar, cuando pasó caminando por ahí la vecina del dos, la que no paga el gas, la escucho y le dijo, “no, si usted no vive aquí no puede dejar su coche” la compradora hizo una mueca de fastidio, arrancó, y se fue, me quedé mirando a las dos mujeres resolver el problema, recuerdo un día, cuando era niño me subí a la higuera, yo siempre le daba vuelta a ese árbol, no me gustaba acercarme ni subirme porque en primavera se llena de gusanos, de esos azotadores, me asustan hasta la fecha, a mi papá también le asustaban él también le daba la vuelta a la higuera, pero no sé porque, si se nos atoró una pelota o un papalote, pero me subí, y estando ahí arriba descubrí un azotador que estaba exactamente en mi ruta para bajar del árbol, ni sé por qué le estoy contando esto, pero recuerdo que me quedé mucho tiempo ahí, hasta que pasó mi mamá la llamé llorando y ella se acercó a ver qué era lo que me sucedía y cuando comprendió mi aflicción , fastidiada estiró su brazo y con su dedo índice de un garnuchazo tiró el animal y se alejó, creo que me dijo algo como que era un llorón o que era fácil hacerlo, no lo tengo claro,,, Ella le dice …la señora del dos, como tu mamá, te salvó del gusano, te salvó de ti mismo, de tu miedo a decir no,,, el paciente comenta …esa vecina me conoce mejor que yo, y se lo agradezco por que de veras me cuesta mucho trabajo decir que no,,, …sí, ella sabe intimidarte porque conoce tus miedos, y logra que a veces, te conduzcas como un niño asustado,,,
La señora con sus pulseras tintineantes, la llamó con la mano, Ella no quería ir pero fue, deslizó sus piez sobre los mosaicos evidenciando su ambivalencia, le extendió la mano pidiéndole lo que traía en la boca, Ella no se lo quería dar pero se lo dio, era el huesito de un dátil, lo recibió con una mano y con la otra la golpeo en la cara y la señaló con el índice entre los ojos, diciendo algo que en ese momento entendió era una orden, algo como “no debes tomar nada de la cocina”, en Guanajuato tomaba de la cocina lo que quisiera y siempre la alentaban las nanas, la convidaban, esa era la primera vez que descubría que las cocinas tenían reglas y que no todo lo que había ahí estaba a su disposición.

Capítulo 3.- Descifrando Jeroglíficos En El Aire

A pesar de los gritos y los regaños, que salían de ese cuello gordo y lleno de pliegues, acompañado del tintineo de docenas de pulseras , Ella pudo descifrar ese mundo, lentamente, en una progresión que vivió con deleite, sintiendo las destrezas de su inteligencia, desentrañó claves fundamentales de ese cosmos, hizo recopilación de esos referentes y los anexó a sus sabios cinco años, y claro también gracias a la ayuda de los lazarillos que encontró a su paso, como fue Gala y la viejita con el ojo de gato, de ese modo Ella pudo penetrar las palabras, y un día así exactamente como entra la aurora, lentamente, despacito pero contundentemente iluminando todo, así fue vislumbrando dentro de las palabras, los tonos, los cadencias, así fue que divisó los signos que conformaban los códigos, distinguió sus deberes, descifró los ritos y su papel en ellos. Los golpes, solamente la convencieron de que los que la rodeaban se desesperaban, Ella decidió que debía mostrar que entendía, antes de que golpearan su cuerpo, ella misma se presionaba, repitiendo dentro de su cabeza las palabras de su madre, “¿qué no entiendes? ¿qué eres tonta o qué?” ya traía agotada a su cabeza en el esfuerzo, aun que realmente fue logrando descifrar lo fundamental para mantenerse viva y a salvo de manotazos y de fustes, esta es su realidad ya no tiene tiempo para dolerse de sí misma, ni de su piel ante los castigos por la desesperación ajena, Ella audaz y decidida aguza todos sus sentidos para comprender las palabras nuevas que eran dichas tan rápido, ahí fue cuando se dio cuenta de que nadie explicaba las cosas como su abuela. Siendo Ella sorda al significado de las palabras, su audición era receptora de los tonos de los modos y esto la condujo a la escucha de las almas que por esas voces intentaban salir, así que cuando entendió las palabras ella ya sabía con quienes estaba tratando, durante ese tiempo muda y sorda a los significados, se forjo dentó de Ella una aguda y excelente escucha de los tonos, los modos, a los silencios, de los gestos y ademanes.

Llega el siguiente paciente,entra duvitativo, dice ,,,perdón ¿yo? gracias doctora, buenas tardes, ¿cómo está Usted?,,, y es precisamente por las dotes que desarrollo en aquel tiempo en que era muda y sorda al significado, que ahora Ella puede descifrar con relativa certeza cómo están sus pacientes casi desde el saludo, el tono, la mirada los ademanes y los silencios son un lenguaje claro que le habla desde lo más hondo de su interlocutor, el paciente con dificultades y con gran destreza se pasa de su silla de ruedas y se recuesta en el diván, respira un poco más agitado de lo habitual, trae un dolor viejo que se está haciendo presente …vengo muy afligido,,, silencio largo …me dijeron mis hermanos que soy un estúpido, porque le doy una pensión excelente a mi ex mujer y a mis dos hijos, ¡¿que cómo es que yo me la estoy pasando difícil?!,,, …¿Y tú que sientes?,,, …pues yo siento que le fallé a mi mujer, me enfermé, perdí el trabajo, perdí la movilidad de las piernas, del brazo y ahora, desde que desarrollé el problema de mis ojos, que como le he dicho, eso es lo que realmente me limita, lo de mis piernas no me importa, ¡ pero la vista es tan pobre que apenas puedo desenvolverme!, dediqué mucho tiempo a buscar un diagnóstico a buscar solución, los médicos me decían que no tenía nada, me pasé así dos años, hasta que la vista se deterioró terriblemente, le fallé a mi mujer,,, Aunque Ella se da cuenta de que él se siente responsable de su mujer como si fuera una niñita, como si él hubiera buscado o provocado su circunstancia física, concluye que primero debe apoyarlo en el proceso de duelo y le dice, …parece que aun no has terminado de despedirte de tu cuerpo sano, aun no has asumido que éste cuerpo es con lo que cuentas, estas en un nuevo comienzo, eres una nueva persona y la misma,,, él le dice explicando con cierta vehemencia … es que yo era un hombre alegre, trabajador y podía hacer todo, no dependía de nadie, daba mis clases y tocaba la guitarra en bares, en recitales, en donde fuera yo siempre podía hacer mi trabajo pero este maldito brazo y sin mis ojos, doctora es dificilísima la vida, además yo le fallé a ella, me enfermé, yo debía haber hecho algo, me debí haber dado cuenta antes del desastre de mi salud ,,, Ella le afirma …vives como si tu vida ya la hubieras vivido, como si no estuvieras aquí, además, piensas en tu exmujer como si fuera una niñita, inútil y no una adulta sana,,, el sigue hablando quejándose, pidiendo conmiseración …ella no me tiene piedad doctora, ella quiere más dinero y me amenaza con quitarme a los niños,,, Ella dice …claro, parece que ella sí te ve como si fueras un buen negocio, ella sí te ve fuerte,,, él dice dolido y amenazando …a veces quisiera no se qué hacer doctora, yo sé que no lo voy a hacer, pero de veras a veces estoy desesperado,,, Ella sabe que la depresión se acrecenta y se enquista con conmiseración así que con mucha ironía le dice …!hay pobrecito! Si lo que quieres es tenerte lástima pues tienes la mesa puesta, si lo que quieres es que Tu vida cambie, entonces la única salida es dejar de tenerste lástima, ya terminamos nos vemos la próxima semana,,, El paciente dice estremecido …sí doctora gracias,,,
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Por la noche ya casi en la madrugada, la niña al llegar a su cama, se quita aretes, sedas, pulseras, adornos en los tobillos, en los cabellos, se baña y con particular cuidado lava su cara y los pies, algunas noches, aunque estaba muy cansada, podía pasar despierta unos minutos antes de quedarse dormida y se confortaba el espíritu pensando en su abuela, recodando su cariño, y toca el lunar que tiene en su barba, la abuela le dijo un día “cuando quieras que nos encontremos toca tu lunar y piensa en mí, y yo lo sabré” la abuela tenía el mismo lunar exactamente en el mismo lugar y Ella ponía su pequeño dedo índice en el lunar de su abuela y la abuela le tocaba el suyo con su dedo forrado de esa suave y delgada piel de anciana, se adormila recordando su cercanía, que la trataba como niña, que le enseñó a hornear galletas, a amarrarse los zapatos, a jugar ajedrez y además recuerda que es quién está cuidando el gatito de los ojos amarillos, Ella se siente triste y sabe que cuando se siente sola, cuando está desesperada, observando que su vida no es nada de lo que le habían dicho que sería, enredada en esa espiral de pena, la inunda la conmiseración, se tiene lástima, se duele de su circunstancia y esa tristeza la conforta, la acompaña, pero los empujones y los gritos no fueron una buena caja de resonancia para su depresión, se da cuenta de que la irritan y no le tienen lástima, entonces se le quita la tristeza y se pone a hacer lo que tiene que hacer, por eso a veces cuando quiere quitarse la tristeza, Ella lo hace sola y aun que triste, da el viraje, como si el mundo diera vuelta, solamente cambia su atención se centra en otro foco, piensa en algo que la saque de la tristeza como en que tiene sed, se pregunta por el agua, se sirve en un vaso y al beber la fresca transparencia enfría su garganta y todo se modifica, aunque no cambia nada, el cuerpo la salva, en otras ocasiones el cuerpo la somete, cuando está agotada por las danzas, las posiciones, los ademanes, las tareas que la agotan, cuando la humillan, entonces es el equilibrio opuesto. Logra hacer una distancia, que le permite vivir lo que vive sin vivirlo, Ella se afirma diciendo imaginando que lo que sucede, le sucede al cuerpo y no a Ella, esto lo aprendió desde luego con su abuela, estaban contentas en la cocina, enseñando y aprendiendo a ser mujeres a medir ingredientes, a imaginar sabores a contemplar procesos y juntas sienten que sus vidas tienen sentido, porque sus voces suenan y sus rizas se mezclan, la abuela trae su mandil de cuadros rojos y blancos, Ella trae uno pequeño pero idéntico, la abuela pela las patatas y pica las cebollas, Ella rompe los huevos, los echa en una cazuela, les agrega pimienta, sal y los mezcla, están haciendo una tortilla de patatas, pero cuando la mezcla ya está en la sartén de hierro caliente, la abuela intenta voltear la sartén sobre el plato, entonces una orilla del metal, roza el bracito de la preciosa niña, su piel se deshace al contacto del hierro caliente, es un incidente que sucede en un segundo, Ella llora fuerte, la abuela también se ha quemado, gritan juntas y dejan caer todo, la sartén, el plato, la tortilla, dan pasos hacia atrás, y la abuela le dice …!hay mi hijita¡ ¿te quemaste?,,, la niña llorando dice …si abue,,, la abuela le pregunta …¿quieres que te cure primero la piel o el dolor?,,, la niña dice …!el dolor abue,,, …bien, pon atención, escucha bien ¡la quemada no eres tú, sí esta quemada tu piel, pero el dolor está lejos, no es tan grande!,,, Ella no escucha está llorando a gritos, llamando a su mamá , la abuela la toma de los hombros y la voltea, le dice con una voz firme cerca de su cara …¡cállate!, ¡ve tu quemada mírala!, no te domina, sí estas quemada pero solo es un poco, el resto de tu cuerpo está bien, siente tu salud, ahora te voy a curar, la piel,,, entonces la abuela acerca la botella del aceite, Ella se asusta y violentamente retira su mano, la abuela le repite con firmeza …¡sí te duele pero es muy poco, controlarte!, dame tu mano piensa que la quemada está ahí, pero que no te domina, mira mi quemada,,, la abuela le muestra la horrible quemada en su piel de vieja y la niña se sorprende …mira estoy un poco quemada, como tú, pero no nos domina,,, mientras dice todo esto cariñosa pero severamente, abraza a su nieta, Ella aprende esto y es un tesoro que la acompañará toda su vida, y fue precisamente la casa de la puerta roja la que le ofreció las condiciones para engrandecer esta destreza.

Capítulo 4.- Del Encaje y de Las Sombras Del Cancel

La puerta roja se deslizó chirriando sus goznes y atrás apareció un hombre viejo, vestido de rojo, la cara arrugada y antigua estaba enmarcada por un dorado gorro turco y por una barba rala, larga y blanca, el anciano trae un gato blanco sobre los hombros, no se sabía si la joroba era para el gato o si el gato había aprovechado la joroba, pero eran uno solo, recibió a las dos mujeres, la niña aun llena de arena, agotada y con los cabellos apenas peinados y la mujer de las manos de encaje, haciendo un ademán les dio el paso y tras ellas cerró la puerta roja que por dentro también está pintada de rojo y tiene cuatro aldabones que lentamente y con maestría el anciano cierra uno tras otro agachándose y sin perder al gato que parece adherido a su cuerpo, las dirigió con un ademán elegantísimo y caminando silenciosamente junto a ellas hablando rápido esa lengua ajena, la niña se rezagó, absorta en el entorno, la pareja de adultos caminan haciendo ademanes explicando y aclarando, el gorro dorado camina con el gato blanco y se dirige a manos de encaje, juntos caminan rápido, sin detenerse a admirar la belleza del recinto, sin ver los colores contundentes de las paredes y de las puertas, tampoco se alteran, ni se deslumbran, al entrar a lo blanco, a lo candoroso del primer jardín, los olores de los jazmines se meten por la piel, por los ojos y los oídos y tampoco ven las delicadas fuertes que lanzan decenas de chorritos discretos, constantes que se acunan con la briza. La niña busca con sus ojos, atrás de la belleza, esperando encontrar a alguien conocido, a su mamá a su papá, camina, cruzar ese umbral le revivió el anhelo … espera aquí,,, la detienen con un ademán claro y definitivo, Ella ahí aguarda mientras manos de encaje se aparta, desaparece tras una celosía hecha de orificios que hacen como flores como curvas y se repiten, esos agujeritos perfectamente cortados son de una belleza y complejidad abrumadora, Ella ya no puede más el cansancio la somete y aun con la esperanza del encuentro, se deshace sobre el piso, se recuesta ahí y mira con la cabeza pegada a las baldosas de mosaicos impecables, perfectos cada uno idéntico al otro formando grecas que se corean haciendo rimas y cantos de colores, se entrega a esa superficie fresca, relajando el cuerpo y teniendo el alma en un hilo, sabe separar el cuerpo del alma, sabe que el cuerpo se puede cansar pero ella no, la esperanza está integra y renovada nutriéndose de toda la belleza que la rodea, a la mañana siguiente, abre los ojos lentamente, como si los parpados la defendieran de la realidad, está cubierta por una sabana amarilla, el aire huele a jazmines, nada de ella está ahí, ni su vestido, ni el pañuelo de su abuela, la sabana que la cubre es suave como los parpados de mamá, la luz entra por el enredo del cancel haciendo sobras sobre su cuerpo parece que estuviera vestida de encajes, no reconoce nada, el aire es tibio, fresco, hay fruta y agua pero no hay salida.

… Ya terminamos, lo espero el jueves a las seis,,,
El sale resuena en su pensamiento la voz que le dice verdades ignotas y sabidas, sintiendo que ya no entiende nada, sus referentes, los referentes que siempre le han dicho quién es y a dónde va, se borran, trae una grieta por donde ve lo que no quería ver, y al mismo tiempo se le aligera la carga, sale, empuja su silla de ruedas, ve a la gente en las calles, como si la viera por primera vez, se siente igual a todos y llora.
Ella apaga la luz del consultorio resintiéndose, ha tocado capítulos olvidados de sí misma, recuerda la temperatura de los mosaicos y la dulzura de los dátiles, le enseñaron a mover las manos como mariposas, le enseñaron a callar, a doblar la cintura moviendo su cadera rítmica y sensualmente, la música que la lleva tiene sonidos azules y rojos como los muros, vibrantes como el azafrán, las manos se le hicieron de encaje, y el cuerpo, su piel se hizo suave, más suave que la seda amarilla por los afeites y badulaques que debía ponerse en todo su cuerpo después del baño.

…!Doctora ahora tengo buenas noticias!,,, esta paciente lleva tres años en análisis y su vida ha dado varios vuelcos, es una mujer que ha descubierto que su deseo es más grande que su miedo, Ha sido un proceso tenaz y doloroso, las sesiones han cambiado mucho al principio su asociación era una meticulosa descripción de lo que había hecho entre sesiones, describiendo cada día cada hora cada minuto, ahora Ella no se sorprende cuando le dice …ya decidí comprar una casa, pedí el préstamo y me lo concedieron, pasé la semana buscando, preguntando, y una amiga me ofreció su propiedad, quiere venderla porque quiere algo más grande, y la que me ofrece es chiquita pero para mí es perfecta, ahora mi amiga tiene que conseguir el préstamo que seguramente le concederán rápidamente por que con los ingresos que tiene no hay problema, tengo que esperar un poco, pero esto va bien doctora,,, Ella la escucha su alegría, se siente que esa voz la produce su boca sonriendo ...¿ha cambiado mi vida verdad doctora?, ya no duermo en el piso, compre un espejo, tengo una mesa y dos sillas, y ahora voy a tener una casa,,, Ella hace, una vez más una interpretación conocida por las dos, y dice …parece que ahora puedes gozar de la vida sin sentir que mermas a tus padres, ahora sabes que están a salvo de tu deleite, que no los puedes lastimar, pero ahora ya no vas a poder gastar en nada, que no sea la casa, ya tienes tu nuevo sádico, tu nuevo hoyo negro, él que te roba toda la vida, hay que ver si conviertes a tu casa en el tirano que no te deja vivir,,, Ella se ríe y la paciente también, la paciente dice …¿será posible? ¡Que horror!,,, Ella le dice …ya terminamos, le recuerdo que nos veremos hasta dentro de tres semanas,,, …Sí doctora Gracias,,, Ella decide ir de nuevo a Marruecos, el propósito de este viaje es reunir algunas piezas del enigma que es su pasado, busca fragmentos en el paisaje pero en realidad ella los tiene en su memoria, aun que los tenga claros siempre la invaden las dudas y los desconoce, quiere encontrar más recuerdos para poder verse a sí misma, para tener una imagen un poco más nítida del trayecto de sus pasos, Ella siente que tiene una maraña, volver después de treinta años pareciera mucho tiempo pero los paisajes retumban en su corazón tan claramente como la parvada de garzas que pasan sobre el mediterráneo moviéndose armónicas, con gracia y sin apuro, evocando los vuelos de otro tiempo.

Trata de mirar a la calle, ya ha descubierto que adentro no está mamá, ya ha conocido a todas las personas que viven ahí, a los que vienen en el día, a los que vienen en la noche, a los que entran para traer, alimentos, telas, papeles, herramientas y todo lo necesario para el servicio de la casa, también los que vienen a reparar los baños, canceles, los techos, todos entran por la puerta roja, a la que Ella no puede acercarse. Los hombres que vienen ataviados con lujo y señorío, los hombres a los que se les atiende en el palacete, entran por la puerta índigo, que da a la calle azul. Ese azul es tan intenso y tan imponente, vibrante y fuerte es definitivo y hace que una no se sienta sola.

Capítulo 5.- Del Ojo De Gato Y De Las Primeras Palabras

Ella ve a un grupo de hombres cargando canastos enormes o costales, todos traen turbantes negros, traen el torso desnudo sudoroso, los cuenta, son quince hombres y cargan sobre sus cabezas esos bultos enormes, ella sabe que entraron por la puerta roja, los ve derechitos, esforzándose resintiendo el peso de sus cargas, se dirigen a la cocina, sin pensarlo los cuenta de nuevo y después del número seis, se coloca entre esos cuerpos tensados por la carga, dan vuelta por los pasillos uno tras otro, guardan una distancia uniforme, sin desprenderse de su talegos, como las hormigas que ha observado en el jardín de su abuela, la última vuelta la dan a un enorme biombo de herrería abundante en curvas y figuras, es ahí donde está la entrada a la cocina, entra a ese espacio que no le ha sido vedado, pero al que nadie la ha invitado, los olores la sacuden transportándola a un paisaje nuevo y basto, aromas intensos y presentes como las grecas del decorado, siente la variedad que se repite y que se le mete por los ojos, es ahí donde encuentra a la viejita flaca, arrugada que ayuda en la cocina, una mujer que es mucho más paciente que todas las almas de la casa, Ella ve que con sus dedos arrugados y flaquitos, le ofrece un dulce, la niña desconfía, pero enamorada de la idea de una comunicación con el fantasma de su abuela, se acerca doblegando su recelo, sabiendo que no es la abuela pero deseando encontrar en esa viejísima piel la suavidad de las manos de los viejos, y sí, la mano es muy suave, de piel delgada, el dulce que le ofrecen la hace sentir amada, entonces mientras su paladar se invade por la dulzura, sus ojos exploran a la viejita que trae adornando su frente un collar de rebuscados dijes, idénticos entre sí, a excepción del que cuelga en el centro, exactamente arriba de la nariz, ese es más grande y la piedra del centro es de un color distinto, es una piedra amarilla que le recuerda los ojos de su gato. La mano anciana, le entrega el dulce y le acaricia su carita, hablando con tonos delicados y doliéndose por ella, Ella siente confianza, protección y se le sube a las piernas, ahí termina de saborear y desde ese regazo, puede observar meticulosamente la cocina, las mujeres están agitadas, todas tienen las caras descubiertas, puede mirarles incluso los brazos y ve que en los pies traen pulseras, anillos, traen unas sandalias desnudas y frescas, caminan suavemente sobre el piso impecable trayendo y llevando, la estufa tiene diez quemadores, los cuenta en voz alta, está orgullosa de que sabe contar, después cuenta los tajines, que son unos recipientes de barro con una tapa en forma cónica, ella les llama sombreros, que cubren los platones que están sobre el fuego en ese momento …uno, dos, tres, cuatro, cinco,,, también tienen sombreros los platones que están en la mesa más cercana, donde una mujer vestida de azul y con brazos fuertes, corta en pequeños fracciones un salmón, tiene ya dentro de una cazuela una pasta de hojaldre extendida, Ella la mira tiene los ojos enormes y bellos, estira su mano y coloca encima una cama de espinacas, coloca todos los trozos de pescado bien distribuidos y le exprime abundante limón, lo hace con una sola mano fuerte y decidida, pone también pimienta negra molida, semillas de sésamo tostadas, sal y mucho aceite de oliva, finalmente lo cubre con una sabana de hojaldre que sella enroscando con sus agiles dedos las orillas, con una escobetilla de pelo muy fino la barniza con un huevo, saca de debajo de la mesa un cajón y haciendo un gran ruido mueve los instrumentos cucharas palas y coladeras y elige un cuchillo muy filoso y curvo lo levanta y apunta en el centro del hojaldre, y le hace a esta pasta blanca y brillante dos rajadas, Ella ve como con sus destreza levanta elplatón y vuela a el horno, años después supo que, éste es el plato que se sirve a los invitados indicándoles que es hora de irse, el pescado no es un plato de bienvenida, por lo menos en esa zona desértica, Ella mira las manos fuertes que siguen haciendo otras muchas cosas que apenas puede descifrar, acompaña con sus ojos todos los movimientos atentamente, sin perder detalle, maravillada por la fuerza de esa mujer, el dulce se termina y como si la vida simplemente siguiera, baja de esas piernas que fueron un remanso celestial para su desasosiego, sale de la cocina y se encuentra con una reprimenda, con una sacudida, aunque hace cara de compungida, aun así, esta reconvención, no logran borrar el alivio de le dio la viejita con el ojo de gato, ni siquiera logran convencerla de que no vuelva a ese paraíso.

A este viaje la acompañan algunos libros, pero lo que más le importa es recordar, en Casa Blanca toma el tren a Marraquech, se deja conducir por el arrullo de esos rieles, con un café con leche caliente entre las manos, ve por la ventanilla el paisaje lleno de rebaños de borregos negros y blancos escudriña el espectáculo y también su memoria buscando que se refresque, que se actualice, busca sacudirse el mandato del olvido y que venga su historia perdida, pero no recuerda nada de esto, para su infortunio le resulta nuevo, no recuerda que había hecho ese mismo trayecto con sus padres, pero pasó el viaje entero tirada de panza en el piso dibujando con sus crayolas. Caminó por la medina de Marraquech, la señorial, ciudad milenaria, amurallada, cada objeto y cada piedra están perfectamente cuidado para ser evocadores, ese es el espíritu de esos espacios, y sin embargo ella no recuerda, también anduvo las calles de Rabat y de Nador, camina abriendo sus ojos recorre las calles con su tiempo de adulta, rodeada de gente agitados ocupados con sus ojos preciosos y hondos, sus pasos buscan y no encuentran, esos recuerdos que vienen más como sensaciones y no como referentes que le permitan descifrar una ubicación, ¡fueron nueve años de encierro! se dice a sí misma, y sigue caminando tratando de ver por los ojos de una niña sola, asustada y deslumbrada, es entonces que encuentra una puerta azul, en realidad es cualquier puerta no “La Puerta”, pero da igual era de un azul imposible, ahí el tiempo le dio un latigazo y se detuvo, vinieron recuerdos teñidos de añil, perfectamente sonoros, índigos, rudos y suaves, recuerdos y memorias, solamente mira la puerta y como se deshoja una rosa fecundada, así se descorre un velo tupido impenetrable como acero blindado y entra la luz por el cancel de arabescos primorosos, quitando sombras y poniendo forma y color a todo, pasó algunas horas frente a la puerta exprimiéndola y por eso tomó esa fotografía, que tiene en el consultorio
…pase adelante ,,, silencioso y tímido se sienta y dice …vengo aun que no quería venir, perdón pero, bueno alguna vez fui a psicoanálisis y ahora vengo porque necesito que,,, Ella al escuchar que ya ha estado en psicoanálisis, extiende la mano y señala el diván y ya reclinado cuenta, su hoy y su ayer, su hoy que tiene relación con una ayer invisible, con un ayer perdido en la memoria de las entretelas del olvido pero progresivamente aparece, “esto no se lo había contado a nadie”, “esto ya no lo recordaba y si por eso fue” … nos vemos el próximo martes a las seis,,,

Por eso tiene en su consultorio la fotografía que tomó en el viaje a Marruecos, es una puerta azul que está en una calle azul. Al mirar esta imagen se recuerda a sí misma, fue cuando descubrió en el cuerpo de otra niña que las tetillas se inflaman, que se convierten en pezones, ese día se vio a sí misma, aun con su cuerpo totalmente lampiño y plano, Ella se sintió sola y pequeña porque no requiere aun de depilarse con caramelo la entrepierna, como lo hacen todas las niñas y las mujeres de ese lugar, pero también descubrió que las podía hacer reír, aun que no se entendieran del todo, ja já ja, hacia piruetas y jajá, ruiditos escenificando miedo, torpeza o alegría, una de las niñas grandes, sabiendo que no hablaba y por tanto no podía revelar ningún secreto, le hizo un gesto invitándola discretamente a que la siguiera y la siguió de cerca, caminaron por una ruta desconocida para Ella, cruzaron los jardines y en el fondo encontraron tras una enredadera de rosas blancas una escalerita muy angosta, parecía de juguete, y subieron, la escalerita va haciendo una larga curva, llegaran a un pasillo, y nuevamente a otra escalerita aun más angosta hasta poner sus pies sobre el techo del palacete, ahí es a donde dan las ventanitas de las cúpulas, las niñas caminan rodeando las cúpulas, unas cúpulas son grandes y otras pequeñas, caminan permitiéndose de vez en vez, ver a través de las ventanitas, observar discretamente lo que sucede en algunas de las habitaciones mas suntuosas, pero lo que realmente era el objetivo de aquella caminata por el laberinto secreto era otra cosa, aun más deslumbrante, al llegar a una zona alta, siempre rodeadas por muros que no les permitían sino un paisaje endogámico, solamente podían mirar hacia los jardines y patios interiores, caminaron y fue ahí que le señalo con su mano pintada de rojo, un punto en especial en el alto muro, descubrieron entonces sus ojos una grieta, esta alta y no alcanzan a mirar, tuvieron que llevar por la noche y con mucho sigilo, un banco para poder pararse, era tal el terror de ser descubiertas, que no se atrevieron a pararse a esa hora sobre el banco, fue al día siguiente habiendo hecho toda la rutina de la mañana, aseo, alimentos, vestimentas, teñirse las manos y los pies, seguir con mucha atención los ensayos de los bailes, de las niñas grandes que traen cascabeles en las caderas, siguiendo el ritmo de la cítara, de los tambores, de las gaitas, a Ella la música que le gusta más es la de los oboes beréberes, que tienen dos caños de madera, la de las niras que son unas flautas con lengüeta, el qarqab y las castañuelas de hierro, Ella los únicos instrumentos que conocía eran la guitarra y el piano, sólo cuando los músicos que estaban atrás de un cancel blanco de arabescos muy cerrados se callaron y se fueron, cuando las niñas se quitaron los cascabeles, guardaron las sedas y se lavaron las manos y los pies, solo entonces fue que pudieron sigilosamente desprenderse del grupo y con paso felino, hicieron su laberíntica ruta hasta el pasillo formado por las cúpulas con ventanitas de colores, saben que no pueden correr así que rápido y con sigilo, haciendo que sus cuerpos no pesaran, volaron, llegaron al banquito, Ella subió y acercó su cara a la grieta del grueso muro, que tiene degradaciones y niveles como labios, le recordó su propio cuerpo, su intimidad, acercarse a ella era como meter medio cuerpo por el sexo de la casa misma, se acomodó porque la grieta se estrechaba hasta configurar una ranura en la que pudo apoyar su cara y sólo así como cíclope pudo mirar. La grieta le permitió ver a través suyo algo que la desconcertó profundamente, lo que veía le resultaba aterrador, la desoriento, cambió de ojo pensando que era ese el problema, contuvo la respiración, pero lo que encontró fue lo mismo, porque lo único que veía era el perfil el horizonte sobre un desierto árido, estéril y enorme, guardó silencio, eso no tenia nombre, en su mundo eso no existía quedó callada por horas, así fue como ese día conoció el silencio de la desesperanza.
A la mujer gorda ahora la veía muy poco, era medio día y hacia un delicioso calor, escucho su voz en el fondo cerca de la puerta azul y la buscó sabiendo que ella le ayudaría a descifrar ese misterio, debe cuidar muy bien como se dirige a ella, los saludos las reverencias y modos de dirigirse a ella son muy estrictos, tintineando sus muchas joyas se acomodó en su enorme sillón, sin esconder su sonrisa le explico …cuando las niñas ya están listas las duermen con un te delicioso para poder transportarlas y entregármelas aquí en la casa del desierto, pero tú eres muy chiquita, de cualquier modo no reconoces nada, nadie te va a reclamar, eres huérfana, así que a ti te trajeron caminando,,,

Capítulo 6.- De La Desmemoria Y Las Lápidas

La sesión está por terminarse, ha sido intensa y dolorosa, pero la desesperación de su paciente, hace que Ella prudentemente espere a que concluya la frase …Doctora ¿por qué no me acuerdo de nada? reúno algunas imágenes, con lo que me cuentan y algo se arma con esos parches, yo no recuerdo bien porque cuando hago memoria ella está conmigo, tampoco sé porque regresó, pero me dicen que mi mamá se fue de la casa, cuando yo tenía dos años, se fue ocho meses, mi papá me contó que él me llevaba a verla en su bicicleta, creo recordar ir sentada en la canastilla de enfrente y vagamente, vienen imágenes de mis papás peleando,,,
Ella percibe el enorme esfuerzo que hace la paciente por recordar, por esclarecer su historia, y es un gran paso, porque hubo un tiempo en ni siquiera se preguntaba por su pasado, por su historia infantil y le dice … Todo síntoma es un acto de amor, si no recuerdas es porque así duele menos la vida, pero si quieres recordar ahora, quiere decir que ahora ya sientes que tienes fuerza para soportar tu pasado, lentamente lo vas a ir recordando, no te desesperes, esto es sin prisa poco a poco, bueno ya terminamos nos vemos el próximo lunes a las siete,,, la paciente sale y Ella recuerda la lápida que pesaba sobre su propia memoria.
El policía lleva a la niña del brazo, caminan por el enorme aeropuerto de Barajas en Madrid, busca con los mismos ojos con los que ha buscado por más de nueve años, escudriña entre las personas que no la miran y encuentra lejos las tres figuras, su papá, su mamá y ¡su abuela su mamá grande! está más viejita viene en una silla de ruedas, su corazón se acelera se alegra, quiere acercarse, decirle todo, Ella quiere abrazarla, explicarle que ha sido buena, que se salvó gracias a las enseñanzas que le dio, su paso se acelera, piensa decirle …!abuela me amparaste, me diste las claves del enigma, hoy sé más y quiero contarte!,,, ve de pie, atrás de la abuela a sus padres, ve que la están mirando y mientras se acerca entusiasta Ella mira cómo su madre sube su mano hasta la boca y se pone el índice sobre los labios abriendo los ojos intensamente, Ella ve esta seña y la siente como un hierro candente que entra a su garganta, es una lápida, una sepultura, su espíritu se rompe, se tuerce, se siente mutilada, algo está mal, yo estoy mal, piensa, su mamá le dijo lo que debía decir …fuiste adoptada por una familia católica, todos los domingos te llevaron a miza, ibas a una escuela religiosa, y que de lo demás ya no te acuerdas,,, Ella no existió, al no poder hablar de su vida vivida, se le hace nebulosa, borrada, se hace fallida, censurada, recuerdos que no pueden hacerse palabras, vagan en su pensamiento como almas en pena, ¿qué va a hacer con sus puestas de sol, con sus manos moviendo el aire y sus caderas, qué va a hacer con los mosaicos, con el agua y los olores, qué va a hacer con su capacidad para sobrevivir? Esta amnesia forzada, la hizo deforme, la torció, la hizo falsa, la alejó de sí misma, hubo que sobrevivir a su propio sepulcro, a su negación y doblándose sobre sí misma, como un texto secreto, se guardó en un recinto hondo e impenetrable y olvido las claves de acceso, los enigmas que resuelven la senda, olvido la ruta, para salvarse del incendio en el que estaba, dejó para un juico salomónico la infamia. Y para sobrevivir se entregó a el desciframiento del nuevo mundo, vio los paisajes suyos y descubrió que no lo eran porque ella no se pertenecía, lo suyo era nuevamente lo inconexo, lo inaceptable, Ella es vergonzante de su historia, caminó por las calles de Guanajuato, fue a comer buñuelos en la plaza el día de San Miguel, lo observó dominando al dragón, al demonio, a su historia y su imperdonable pasado, dejó sus destrezas y sus tesoros, dejó a los que la salvaron, se miró vacía inapropiada, no se puede hablar mal del muerto, ni bien, ni siquiera nombrarlo.

La paciente ha avanzado mucho en su análisis ya se ve a sí misma contradictoria, ahora y es capaz de sentir el enojo o fastidio que siente hacia los que ama, ha estado haciendo las mismas reflexiones, …Doctora le juro que me esfuerzo veo a las otras niñas y nada, ¡¿por qué no recuerdo?! Usted me dijo que algo me sucedió antes de los dos años, y trato de recordar reúno algunas imágenes, con lo que me cuentan y algo se arma con esos pedazos, cuando hago memoria mi mamá está conmigo, aunque tampoco supe porque regresó, pero sí me lo confirmaron me dijeron que sí, me dicen que mi mamá me dejó cuando yo tenía menos de dos años, se fue algo como, ocho meses, y ahora que le pregunto a mi papá me cuenta que él me llevaba a verla en su bicicleta, creo recordar ir sentada en la canastilla de enfrente, vagamente por Xochimilco junto a los sembradíos de pensamientos, sí vienen imágenes de mis papás peleando a gritos, recuerdo a mi mamá con cara de enojada y dándole de cachetadas a él, él sólo levantaba el brazo para detener los golpes, pero lo que atino a recordar es que mi papá al irse a trabajar, me dejaba con mi tía Sofía, aquí en Coyoacán, para que me cuidara, !que vago es este recuerdo! casi siento que lo estoy inventando, pero así es mi memoria, esas tardes en casa de tía Sofía realmente eran difíciles para mí, ella me sentaban en un sillón gris, frente a la tele, ahí me sentaba en ese inmenso sillón, eso era triste, y peor era cuando mi tía se iba con su novio, y aunque me decía “regreso rápido bonita, no te muevas”, ¡yo no lo soportaba!, me aterrorizaba estar sola, y me metía debajo del sillón, ya sabían donde encontrarme, todos les parecía muy gracioso levantar las enaguas del viejo sillón y verme ahí hecha una bolita de miedo, era muy angustiante, me acuerdo del forro del sillón ahí abajo, estaba roto y por los girones se veían los resortes y la paja, viejas telarañas, me daba miedo encontrarme una araña, pero, creo que fue ahí donde empecé a masturbarme, sí -lo dice como si fuera un hallazgo- sí lo hacía fuerte, muy fuerte por horas, hasta sangrarme, no recuerdo que sucedía, pero si estar metida bajo el sillón, me imagino que como en transe, ¡masturbándome o como tallándome y tallándome desesperadamente!, -ya con voz más sosegada dice- otra cosa que no recuerdo es cuándo dejé de hacerlo, ni por qué, lo que sí es que, cuando me levantaba del sillón y me ponía a jugar entonces mi tía me decía “ ¡ya ves, por eso no regresa tu mamá, porque no haces caso, tienes que estarte quieta!” ¡y de veras, que yo trataba de estarme quieta doctora, pero no podía!, ¿será por todo eso que no aguanto estar sola? o ¿cómo se puede arreglar eso para que yo aguante estar sola?,,, La paciente se ha hecho un ovillo en el diván y lentamente, se extiende, se relaja, Ella esta conmovida, sabe, que la paciente realmente se esfuerza por entrar a lo más doloroso, para iluminar esos escondrijos de su vida, y le dice matizando, …Que ironía verdad, que dices que quieres estar sola y tú realmente vives sola desde hace diez años, pareciera que, como te resulta tan peligroso el abandono no buscas compañía, no te expones, la cosa es que, para que un abandono ocurra primero la persona debe haberte pertenecido, se debe haberse entregado, solo entonces puede suceder, pero tú te encargas con dedicación de que nadie se te acerque, cuando alguien logra vencer tus barreras y se acerca te asustas, te agotas y te alejas, pero la paradoja es que si finalmente elijes a alguien y te acercas, pareciera que es elegido porque seguramente esa persona sí te abandonará, ese es el tipo de personas que eliges para compartir la vida, son personas que te lastiman, que abusan, que te ningunean, son personas con las que te masturbas, hasta sangrarte, para no sentir el abandono,,, la paciente está escuchando, de pronto dice interrumpiendo encontrando una claridad siniestra, …!como la abuela!, fui al hospital a ver a mi abuelita, se veía muy mal amarilla, gris, horrible, casi como cadáver, pero bueno no es mi abuelita, es en realidad mi tía, no la que me cuidaba, esta es la otra hermana de mi mamá, en cuanto entré al cuarto y me vio empezó a decir “!este lugar es un desastre , no me atienden, es tu culpa!, no quiero que te vayas, además ¿por qué no has venido a verme?” no quería que me fuera y me reclamaba, soy la única persona que la va a ver, se quejó de mi y de todo, todo el tiempo que estuve ahí, pobre, sabe doctora, empecé a sentir que me quería ir, a pesar de querer ayudarla me sentí harta,,, Ella le pregunta …entonces ahora ya te das cuenta de que esa persona te harta y no pasa nada eso no le hace daño ella es la que se hace daño,,,, con prisa por decir, abre una veta y se lamenta …sí es feo que lo diga, pero aquí puedo decir mis netas, no la soporto es simplemente amarga, es un volcán de quejas y deveras nunca me había dado cuenta siempre en estos diez años ha sido así, no es porque ahora esté enferma siempre se queja, habla como si la vida le debiera algo,,, …¿Por qué crees que nadie la va a ver?,,, La paciente analiza …pues es que su familia vive lejos y además, pues, realmente también porque es tan desagradable, ni sus hijos la soportan, porque es chillona y reclamona, en cuanto alguien se le acerca, se deshace en reclamos y en regaños, es insufrible, - festivamente dice- incluso a la enfermera, una muchachita encantadora, la que la baña y le cambia las sabanas, le toma la presión y le da sus medicinas, era realmente muy amable, a ella le habla humillándola y la trató como bazofia,,, Ella le dice … solamente te resulta visible su violencia y lo injusto de su trato cuando es para otros, pero lleva años tratándote así a ti, parece que tú si aguantas esos reclamos, te molestan pero vuelves, la escuchas, te dueles, te hartas, pero vuelves, una parte podría ser porque la quieres, porque te da lástima, ternura, porque piensas que a tu mamá aun que este muerta, le gustaría saber que cuidas a su hermana, otra porque puedes soportar esos reclamos o tal vez, porque estar con ella es como ver lo peor lo roto lo que tiene telarañas y ahí y contra eso te masturbas hasta lastimarte, sólo así soportas el abandono, haciendo en tu cuerpo una herida, sintiendo el dolor como compañía, siendo el dolor lo único verdadero,,, la paciente llora se estrénese, guarda un largo silencio mientras solloza …lloro porque me da tristeza lo que hago, usted ya me lo ha dicho, eso de que por eso escogí a Jerónimo, ¿verdad? para que me maltrate,,, Ella comenta … parece que sigues masturbándote ansiosamente hasta lastimarte, eso era y es el consuelo que te procuras cuando te abandonaban, y lo que hace Jerónimo es: que te ofende, te maltrata, que te golpea, que te viola, te roba, que es muy dolorosa tu la relación con él, y que eres tú la que lo busca, y al mismo tiempo, te olvidas de lo que te ha hecho,,, la paciente dice sentidamente …a veces trato de acordarme de esas cosas, pero se me olvidan, cuando siento esas ansias de buscarlo, hago un verdadero esfuerzo por recordar por qué discutimos la última vez, o por qué juré que no volvería a verlo, y no lo recuerdo, y de pronto lo único que siento es que la vida sin él no tiene sentido,,,, sonriendo entre lagrimas dice, …!lo que más me gusta de él! es que sabe exactamente lo que quiere, esa firmeza de su personalidad me encanta, por ejemplo, entramos a un restaurante, y él inmediatamente sabe que quiere, decide dónde sentarnos, qué silla debo usar, dice cosas sobre él lugar, opina, critica, claro que, casi todo lo que dice es terrible, sobre la gente los desprecia, habla sobre cómo los manipula, y dice lo que realmente quiere de ellos de mí, aun que lo que diga me duela él sigue hablando, puede incluso decirme que estoy fea, que no le gusto, “ no me voy a volver a acostar contigo, no me gusta como hueles y aun que me pagues el cine o la comida, mira es más, esta mesera esta mejor que tú ella si tiene nalgas”, cuando me dice esas cosas me duele muchísimo, y yo no le digo nada, él habla de lo estúpida que es la gente, de pronto a la mesera le dice “a ver bonita que me vas a traer hoy” o le habla guiñándole un ojo, ¡esta tan vivo!,,, Ella le pregunta …¿tú te sientes muerta?,,, enmudece y de pronto le contesta contundente, con una fuerza desusada y categórica …!sí, me siento muerta! es terrible y me siento más muerta sin él,,, Ella le pregunta …¿entonces, los cadáveres que manipulas sacando los tejidos y maquillándolos, ¿son como un retrato, como un espejo?,,, la paciente analiza …bueno, yo sé, que yo estoy vivía, aun que me siento muerta, pero sí realmente, la gente me pregunta ¿cómo aguanto estar horas y horas rodeada de cadáveres, entre formol y procesos putrefactos, maquillándolos, tocándolos, disimulando su color o las heridas, sobre todo lo más impresionante es tocar y manipular a los que murieron en accidentes?,,, …parece que tu relación con Jerónimo nació muerta y que solo la maquillas con tu dinero,,, Ella …cualquiera que te diga que eres hermosa o que le interesas, que le caes bien, te parece que miente, que es un estúpido y un engañador, el dolor es la única compañía real, Jerónimo te dice lo único que es verdad para ti, que no vales nada, y eso te hace sentir viva, también entre muertos te sientes viva, entonces, tal vez precisamente porque Jerónimo no siente cariño, ni ternura, ni compasión, sientes que esa relación es verdad, como los cadáveres, el dolor es donde se esconden tus recuerdos, el dolor es con lo que aplastas tu abandono,,, silencio largo y llanto, Ella le dice …ya terminamos, nos vemos el viernes a las once,,,

Ella sabe, porque ha recorrido el camino del olvido y de la remembranza, que los rescoldos son suficientes, para, con su aroma, evocar la verdad completa y colorida, solo hay que encontrar el tiempo propicio para andar el laberinto de regreso e iluminar cada resguardo.

Capítulo 7.- La Escritura De Las Grecas Y De Las Letras

En los trazos de las letras,
se dibuja la aspiración
de los tornasoles que describen
lo sublime y lo profano,
que dicen lo que ni siquiera puede ser nombrado
por sagrado o por pudendo.


Entra el paciente …Doctora buenos días,,, es un hombre siempre cortes, da los primeros pasos en el consultorio carraspeando, rasgando su garganta, aclara su voz ansiosamente, se le remueven deseos y resistencias y se acuesta ordenado preciso, Ella sabe que hoy está más tenso, acomodando sus pies, pasa en silencio algunos minutos y dice …no tengo nada que contarle, mi vida es lo mismo y lo mismo, la volví a llamar, contestó e inmediatamente me dijo “ te llamo más tarde estoy ocupada” y claro nunca lo hizo, al día siguiente le mande un mensaje a las diez de la mañana, calculando que ya estuviera en su trabajo, no me lo contestó, le mande otro a las once y cuarto, calculando que no perciba mi ansiedad, pero no me lo contestó, ya desesperado le envié otro a las doce y otro a las cuatro de la tarde y tampoco. No puedo evitarlo, siempre siento la tensión el deseo, ¿pero por qué no me contesta?, ¡me siento tan estúpido llamándola y llamándola, estoy desesperado!,,, Ella dice afirmativamente …pero podemos reconocer que estás menos desesperado que hace un año, entonces recuerda cuando no te contestaba sentías que querías morirte y que tu vida no tenía sentido sin ella, sin duda las cosas son distintas ¿Será porque ahora tienes novia?,,, él analiza matizando ...bueno sí, Azucena es linda pero no me gusta igual, bueno lo que me gusta es como me trata, es cariñosa, cuidadosa, ella si me contesta y me llama,,, indignado e irritándose dice … ¡pero no soporto que no puedo verla los fines de semana!,,, Ella con una voz suave pregunta …¿Y por qué no terminas con ella?,,, le hace esta pregunta sabiendo que es a partir de la denigración del vínculo que él lo rescatara, y que su pensamiento se hará menos maniqueo, reconciliándose con lo contradictorio de los afectos, él contesta …¡bueno no, no, no terminar no! realmente me acompaña aunque sea sólo entre semana, por las tardes, cocinamos, comemos juntos, vamos al club y me trata bien, puedo pensar que nadie me trata tan bien ¡haa, pero Rosaura es la que realmente me gusta!,,, Ella pregunta …¿Te gustaba cómo te trataba?, a ella tampoco la veías los fines de semana, ¿te gusta que te extorsiona, que te roba, que no te llama, que no te es fiel, que te insulta y te denigra?, claro de las dos ella es la que más se parece a tu mamá,,, él guarda silencio apenas caben en el diván, él y esta interpretación, así que no reacciona se calla y de pronto dice sorprendiéndose lentamente …!eso sí, antes sentía que me moriría!, ya no siento eso, ¡¿pero de verdad ella si se parece a mi mamá?!,,, Ella dice …tal vez es por eso que te cuesta tanto alejarte, es como estar en casa, es como estar con mamá,,, …mi mamá era horrible, estaba loca detesto como me trataba, era verdaderamente cruel, a papá lo tenía atrapado sometido,,, Ella interrumpe acotando brevemente, repitiendo los términos exactos que él uso y por tanto que le deben resonar como ningún otro adjetivo y dice …¿atrapado y sometido?,,, el paciente apenas escucha la interpretación él tiene prisa y necesidad y sigue vertiginosamente coloreando su recuerdo …sí, bueno, el era un pendejo, a mí también me atrapaba y me sometía no me dejaba salir, yo tenía que limpiar y cuidar la casa, ella trabajaba todo el día y todo era contar dinero, sólo contar dinero, acumular, ahorrar, y rezar, rezar rezar, nuca tuve una fiesta de cumpleaños, no asistimos a ningún festival escolar, no había navidad, nada, todo es caro, todo cuesta, recuerdo que mis papas acostumbraban hacer una siesta, yo los escuchaba, siempre antes de hacer la siesta hablaban de lo mismo, primero un rosario y después de cuanto habían ganado en la mañana, él le daba cuentas a ella y así la arrullaba ja ja,,, Ella lo escucha reconociendo las cadenas que lo atrapan, Ella ve como la madre fue vivida como tirana y sádica, y a su padre lo veía como una sombra, un ser dependiente, siempre haciendo el coro, una personalidad doblegada, que no logro separarlo de su madre, ésta es la ecuación que se actualiza y esta aparición hace presencia, este modelo es evocado, fantasma convocado que lo atrapa, en su clima denigrante y frio, así era mamá era un ser amenazante y peligroso, paradójicamente es la única fuente de vida, lo ve claro, es el agua cristalina y deliciosa pero envenenada, y lo ve tan nítidamente porque lo sabe en sí misma, en su historia le resuena este saber, ya sin la anécdota de su propia vida, ya sin dolor, ya ha repasado esas heridas y esos modos de operar, ahora lo sabe, desde la teoría, pero sobre todo, desde ese lugar donde se perpetúa el olor de las rosas, el olor de la canela, ese sitio donde se guarda el dolor, el horror, ahí donde la dicha tiene como referente los márgenes del espanto y de la inexistencia, y Ella puede acompañar a su paciente en ese paso y por ese camino de enredos, esa es la única vía que lo liberará y Ella lo sabe muy bien porque hacia esas mismas cosas, ancladas en su historia, ahora que puede recordar sabe que le fue fácil acercarse a la mujer gorda, a la de los brillos en los aretes, a la que ordena y manda, a la que disponía de todo, incluso casi recién llegada a sus cinco años, después de una larga caminata cruzando pueblos y desiertos, cuando la llevaron por primera vez ante esta presencia rolliza, gesticuladora y autoritaria, no le resultó imposible, mientras la mujer daba manotazos al aire para acentuar sus comandos disponiendo a grandes voces, Ella pudo sin miedo y tranquilamente, estirar su mano de niña, poner sus deditos tras la oreja de la obesa mujer, para sostener sobre su palma el arete de brillos verdes, al hacerlo rozo suavemente la piel del cuello, la rechoncha mujer que habla velos e incomprensiblemente moviendo sus manos llenas de pulseras tintineantes, cuando sintió este roce de la manita infantil, guardó silencio un segundo turbada y por primera vez, la miró, con sus inmensos ojos negros pintados con desmesura, impactantes, impúdicos y que, en ese mismo segundo, se volvieron lánguidos como de vaca, las otras niñas no se acercan nunca a la mujer de los ojos desmesurados e impúdicos, que se hacen como de vaca con el cariño, le tienen miedo, Ella se acerca porque algo de esa mujer le recuerda a su mamá, y claro lo que hace que se sienta cerca es el miedo que siente al acercarse, y por eso precisamente, es que se parece a su mamá.

El paciente entra saludando y se recuesta, inmediatamente se incorpora, se pone de pié, saca la cartera de su pantalón, saca el teléfono del cinturón, los pone en una mesita, se recuesta, pidiendo perdón, y dice …no me gusta acostarme con la cartera porque me lastima y además se deforma el pantalón, vengo sintiéndome contrariado, confundido porque me han nombrado jefe del despacho,,, Ella dice …felicidades,,, …gracias, pero no sé si eso es lo que quiero, porque, casi voy a ganar lo mismo y tengo más responsabilidades, debo tanto supervisar a los subalternos y debo representar al despacho en los juzgados en provincia y revisar los escritos, debo salir de viaje a Puebla a Monterrey a El estado de México y no sé si eso es lo que quiero, me dieron otro cubículo más grande y ahora la secretaria es para mí solo,,, Ella le pregunta …¿a quién le va a alegrar este nombramiento?,,, él piensa …mmm, no sé, a mi papá, a mi mamá, a mis hermanos,,, …entonces pudiera ser que para eso lo aceptaste para complacer a papá, pero aun no sabes si a ti te complace,,, el se horroriza y finalmente se fastidia, con sigo mismo, se siente traicionándose, y no sabe si realmente a él le interesa, dice …qué increíble ya lo acepté y no sé si a mí me interesa, se que el cubículo es más grande y voy a tener reuniones con el Licenciado Rodríguez el director, tengo más trabajo administrativo, claro tengo secretaria, bueno, yo sé que lo voy a hacer bien, además aun que no gane más, ahora yo dispongo de mi horario con más libertad, claro no falto nunca, ni me voy temprano,,, …por eso te dieron el puesto, te convertiste en personal de confianza por tu sentido de responsabilidad, pero no sabes si te debes tener confianza a ti mismo y a las decisiones que tomas,,,
***
Ella pasó cuatro días encerrada en ese cuarto con celosías, y llorando hasta que decidió que no iba a llorar más, esa decisión la sorprendió, porque la llenó de fuerza, una fuerza que quería que llegara de otros, de alguien que la aliviara, de alguien que le dijera pobrecita, y sintió que era una tonta, que eso no sucedía o por lo menos no llorando, y recordó que cuando le contaba a la abuela que estaba asustada y triste porque mamá tenia esos prontos, y la miraba feo, golpeando y fustigando con su índice con sus supuestos y le decía “yo sé que en realidad me odias, que quieres más a papá, sé que quieres que me muera pero yo te voy a matar primero” la abuela le dijo con mucha firmeza tomando sus dos manitas mientras la miraba a los ojos “mamá está enferma por eso dice esas cosas pero tú eres fuerte y aun que solo sea a ratitos mamá te ama mucho, cuando la veas que se pone así aléjate rápido, no te pongas a llorar, vete y busca un lugar seguro, yo no puedo estar contigo siempre me tengo que ir a mi casa en Madrid, pero quiero que sepas que, adonde quiera que yo este te estoy amando porque eres mi nietecita preciosa y para recordarte siempre canto la canción de las golondrinitas”, recordando esto es que pudo dejar de llorar y empezó a comer tomó de un plato azul con verde unos higos que están ahí encerrados con Ella, las celosías movían sus sombras durante el día acariciando todo a su paso, y cuando se puso a cantar la canción de las golondrinitas, “ …golondrinita, golondrinita de dónde acabas de llegar, de lejos vengo, de lejos vengo, del otro lado del már,,, entonces fue que abrieron la puerta y con señas la llamaron, la llevaron a bañarse, parada en una esquina la bañaron con una jícara, que se parecía a las que había en su casa, el agua fue un abrazo que la hizo llorar de nuevo pero de un modo distinto, en la camuflaje que le ofreció el agua del baño a sus lágrimas, pudo dolerse ya sin esperar nada, solamente resignándose por tanto que ha perdido. Ella no sabía que se podía perder todo, solamente había perdido su muñeca del vestido azul aquel día en que fueron a la casa de sus primas, ¡pero perderlo todo hasta su nombre!, las lagrimas salían en silencio y poco a poco dejaron de salir y perdieron su sentido, porque no quería más encierro, estando limpia y fresca, de la mano la encaminaron hasta un salón amplio, cuyos techos que parecía que se caían en encajes multicolores, y el piso sobre el que apoyaba sus pies de niña era de mosaicos mil veces repetidos y combinados, este salón tiene en el centro un espacio hondo lleno hasta los bordes de liquida transparencia, eElla conocía las albercas pero esta era diferente era preciosa, entró por la escalerita junto a otras niñas desnudas que retozaban, se quedó en una esquina mirando todo, ahí fue cuando pudo calmarse realmente, respirar los últimos suspiros que salían entrecortados por los rastros del llanto y sus respiración se hizo regular y observófeliz a las niñas sus cuerpos que saltaban jugando entre ellas, las miró y se percató de que todas ellas ya tenían senos, algunas muy pequeños, pero sin duda Ella es la niña más chiquita, la alegría de todas la contagió y se pudo sumergir transportada en esta agua cristalina, que hacia olas movida por los cuerpos de otros destinos como el suyo, el agua revotando en las orillas al estrellarse con los azulejos multicolores. Fue ahí relajándose que el tiempo pasó sin que lo sintiera y cuando la piel de los dedos se le hizo de viejita descubrió que en la orilla de este estanque, en los mosaicos había algunas franjas no eran grecas que se repetían, sino eran gráficos insólitos, en realidad tuvieron que pasar meses para percatarse de que esos rasgos en particular no eran grecas, que estos trazos son letras árabes, y hubo de pasar mucho tiempo más para que llegara a entender lo que dicen esas letras hechas palabras y pensamientos, incluso leyendas.
El día que miró por la grieta vulva, lo único que reconoció fue la línea del del fondo la última donde nace el cielo le dijeron que se llamaba, lo sabia por que lo había visto sobre el mar en un viaje a Jalisco, también en el patio de su escuela lo vio sobre las montañas de Guanajuato, a veces entre las calles se alcanzaba a ver muy lejos donde vive el horizonte, pero lo que ahora le resultó nuevo fue que reposaba sobre un paisaje muerto, sin almas vegetales ni animales, sin casas, sobre la arena árida, inhóspita , imponente, su sentido de la vida se tambaleo, supo que hay lugares donde no hay nada. Lo contemplo ahí mismo y se lo llevo dentro suyo, lo contemplo en su propio pensamiento, mirando ese desierto se atrevió a pensar que un día, más allá del horizonte la llevarían sus pasos y, deseando dar esos pasos, vio el desierto y fue lo que se le impuso, se hizo más amenazador que todos los temores que la convivencia le imponían. Un día mirando por la grieta, descubrió un grupo de hombres y mujeres que cruzaban ese paisaje vacio y descubrió sin saberlo, uno de los ingredientes del espíritu de los Berebere, que van y vienen por el paisaje, acosando el horizonte con la fuerza que su compañía les procura, ellos juntos y su constancia, esos pequeños pasos de hombres y de mujeres, de camellos y borregos son y bastan para conquistar el desierto y renovar los apoyos del horizonte.
A veces miraba por la grieta y ese vacío y le era tan amenazante que la hizo sentirse protegida y la reconcilió con este mundo de olores y grecas, de cantos y voces ajenas.
Se recuesta en el diván, acomoda su falda, sus cabellos, se queda callada unos minutos y dice pausadamente y vacilante …ahora empiezo, es que quiero contarle que mis hermanos, bueno, tuvimos una reunión familiar todos llevamos a nuestros hijos, fue muy agradable, emotiva y comimos delicioso, pero ya en la sobremesa los hombres se quejaron, y esto ya lo han hecho en otras ocasiones, es un tema recurrente entre los hombres de la familia, pero ahora realmente se dolieron de que mi padre no les enseñó a cobrar, si les enseño a trabajar con responsabilidad con honestidad porque mi padre fue un hombre sumamente trabajador, pero ninguno sabe cobrar por su trabajo, cargan con una angustia, es como una,,, no solo incapacidad sino una sensación de no tener derecho al dinero, yo creo que aunque es una carencia de todos los hijos varones y fueron ellos los que la formularon, como algo realmente terrible en sus vidas, me he quedado pensando que a las hermanas también nos sucede, pero siempre pensé que era un problema mío individual, no un asunto de cultura familiar, escuche a uno de mis hermanos dando consejo, algo como “para cobrar lo que debes hacer es mirar la uña de tu pulgar y di firmemente, -son quince mil pesos-“ así fueron diciendo cada uno sus trucos para soportar el sufrimiento de cobrar, anécdotas y horrores, pero uno en particular se parece a mí, uno que habiendo ganado su quincena, debiendo ir únicamente a la caja por su cheque, no va, ahí se acumulan los cheques y hasta que la presión es insoportable entonces pasa por su dinero, a mí me pasa lo mismo, incluso con mis títulos, con los reconocimientos, con los cierres de los cursos o de cualquier tarea, ¿y sabes? incluso cuando barro las hojas que tiran los arboles sobre la banqueta, barro toda, muy bien barridita, no me olvido de ninguna hojita, y hago un montón donde junto toda la basura, pero recogerla, ese último detalle a veces no lo hago y si lo hago voy como a contra pelo como si algo me frenara peleando conmigo, incluso me sucede que, si estoy tomando un tratamiento de medicamentos por ejemplo antibióticos por siete días lo suspendo a los seis, si hago una costura la hago muy bien, pues las últimas puntadas son una porquería y no hago bien el nudo final,,, Ella escucha esta crónica y simultáneamente hurga, escudriña y busca en la historia de la infancia donde está la conexión, se pregunta ¿qué es a lo que aspira con ese síntoma con ese clamor de procesos inconclusos, escruta en la historia que le ha sido dicha y en la no dicha, en las cadenas que han formado las asociaciones de esta paciente que se entretejen en su cabeza con su propia historia, busca en los objetos, los apuntalamientos del síntoma, cuáles son los significados, cual es el reclamo inconsciente que le formula la paciente. Mientras la escucha también siente, y se pregunta que es lo que siente, es también en este recurso donde pueden estar los ecos antiguos que hablan, en lo no dicho le parece que, simplemente lo que necesita es una mamá que la arríe, le parece que busca un complemento, que está haciendo un reclamo hondo viejo, y le dice …parece que si dejas la basura tirada o si dejas de tomarte la medicina estás llamando a alguien, ¿quién te daba la medicina cuando te enfermabas?,,, …mi papá,,, …¿y quién te reclamaba si dejabas la basura tirada?,,, …mi papá,,, …¡o si dejabas un bocado en el plato?,,, …mi papá,,, …parece que estas llamando a papá, ese es el llamado de una niña,,, la paciente se conmueve y siente que es clarísimo, Ella le dice …no va a regresar tu papá a completar nada, esta es una manera de negar la ausencia de tu padre, es una evocación de un amor perdido, de una presencia ,,,

Negrar la ausencia Ella se hizo experta en negar la ausencia, en particular los primeros años de su enclaustramiento. Ella sale del agua clara, escurre su cuerpecito y los dedos se le han hecho arrugaditos por tanto estar en el agua, la envuelven en una sábana azul, mira que las niñas que se mueven caminando en una dirección, Ella se enfila, con sus piecitos escurriendo agua, sigue a la columna de niñas, van juntas y riéndose siguiendo una sola ruta, la mujer gorda, estira su mano y la toma de la muñeca, la detiene, todas se desvanecen por el laberinto de la casa, algo le dice, Ella entiende que no debe ir con las demás, y la suelta, Ella entonces se queda un rato ahí parada, a pesar de que está mojada, el aire es tan calientito y seco que es un deleite el viento que pasa refrescándola, todos se van a sus quehaceres, ojos de vaca inicia su desenfrenados graznidos dando órdenes y se aleja, Ella entonces camina un poco sin rumbo por los espacios, transita por varios salones, dejándose guiar por su interés en los objetos y decorados, por la belleza, quiere descifrar ese mundo, se encuentra con tapetes suaves y densos que tienen dibujos ensortijados sus ojos recorren cortinas, mesas escandalosamente decoradas, perfectas, muebles igualmente dotados de hermosura, sus manos exploran las maderas ricas en incrustaciones, la turban, la intrigan, estudia con sus dedos, y levantando los ojos analiza el inmenso marco negro del un espejo con taracearas formadas por incrustaciones de conchas tornasoladas que hacen los pétalos de flores imposibles, unidas entre sí por tallos hechos con hilos de plata, indaga dónde empieza la greca, cómo se juega la simetría, igual explora un cofre exuberante, lo toca es un cofre más alto que ella moviendo sus manos sobre la madera pulida y brillante con incrustaciones de hueso de camello y maderas de tonos rojos y verdes, descubre el cerrojo de bronce, la figura central es un gran felino que entre sus garras detiene el pivote con el que se cierra esa caja que promueve su interés, su curiosidad e inteligencia la obligan a descifrar cómo se abre, y poniendo toda la fuerza de sus deditos lo logra, habiendo abierto ese broche intenta levantar la tapa del cofre, pero es muy pesada y está alta así que trae varios cojines , los apila y subida bamboleándose sobe ellos empuja con todas sus fuerzas, y lentamente levanta la tapa de ese custodio de secretos, se fascina con los contenidos, son objetos que no entiende y no sabe para que son tienen formas inquietantes y descubre y toca apenas con las yemas de sus dedos una caja de madera con incrustaciones pequeñas haciendo adornos de hueso, de concha y de metales, haciendo en esa madera pulida como decorado una retícula, formando casillas, la abre, y tarda unos segundos en descifrar el contenido, porque las piezas son distintas a las que Ella conoce, de pronto sus ojitos se alargan acompañando una gran sonrisa y su corazón se pone contento, porque es un ajedrez, sin miramientos, ávida y conocedora se deja llevar por la pasión de ese juego, saca la caja cuidadosamente, la coloca sobre el tapete, la abre y saca cada una de las piezas, las admira, porque han sido talladas con maestría, las que más le gustan son la reina y el rey, también los caballos parados en los cuartos traseros y que llevan en el lomo unos jinetes, todas las figuras con turbantes y con grandes atuendos, Ella sabe cómo hacer eso así que sobre el tapete voltea la caja y quedan expuestos las sesenta y cuatro casillas unas tienen incrustaciones y otras no, acomoda el tablero en la posición correcta y sobre la retícula coloca con sus manitas precisas, agiles, las piezas en sus posiciones sin dudas, pensando en su abuela dice …yo las blancas abue,,, y mueve su pieza, el peón que está frente a la reina, lo adelanta dos posiciones y gateando alrededor del tablero se coloca del lado del contrincante, abandonando su sabana azul en el piso, el aire es tibio y amable, no se percata de su desnudes, se pone la mano en la boca, mientras con la otra reta moviendo exactamente la misma pieza dos posiciones, se ríe imaginándose acompañada de sus fantasmas más amados, acompañada de ese juego que la arrulla que la remite a plácidas horas en su mundo, se levanta y sigue explorando las tripas del cofre pero siente que una parte le es inaccesible, entonces explora el exterior buscando descifrar como llegar a esa zona prohibida, y descubre que la cara vertical del cofre, que queda frente a ella está sostenida por unos ganchos que retienen en sus manos unos monos de bronce que parecen trepar por las aristas, los jala entonces, baja esa pieza de madera, haciendo chirriar las bisagras, dejando al descubierto una cajonera, que la invita a más indagaciones, abre uno a uno los cajones y encuentra hojas de papel, unos lápices, de nuevo sobre el piso extiende las hojas, se acuesta apoyando sus codos en el piso levanta su cara, buscando inspiración para sus trazos, busca a su alrededor y sus ojos se detienen en la cenefa que está cerca del techo donde las grecas no se repiten, las que parecen letras o algo así y las copia, cuidando las curvas y las proporciones, lo hace muy bien, Ella sabe dibujar, sus dedos manejan con soltura el lápiz y la hoja, recuerda cuando viajaba en coche con sus padres, sentada en el centro del sillón, su madre decía …fíjate en ese árbol, dime ¿cuántos tonos de verde tiene? mira las formas de las hojas, me haces un dibujo de las hojas y sus verdes, ¿me pintas un árbol?,,, Ella entonces observaba, intensamente el paisaje y tenía prisa de llegar a su casa, para dibujar unas hojas e iluminarlas de varios tonos de verde, siguiendo esa observación delicadamente, igual esos trazos le parecen un reto placentero.
Ahora al recordar ese momento sabe que entonces buscaba su complemento, la mirada, el reconocimiento, hacer dibujos es un clamor a la mirada de mamá, de papá, de la abuela,
Ella se levanta escucha a ojos de vaca gritando en el jardín de la fuente de los chorritos, y piensa aun que no entiende aun “me está llamando a comer” y deja su rastro de gestos creativos desparramados sobre el tapete junto al tablero de ajedrez, recoge la sabana, torpemente la enreda alrededor de su cuerpo mientras camina, pensando en buscar nuevos colores en los chorritos de las fuentes del jardín blanco.

Ella sabe que será la paciente misma la que encuentre la salida de ese tramo del laberinto, y le pregunta …¿Quién te pide que termines bien tu costura, que no desperdicies tu esfuerzo, que conserves la calidad de lo que haces?,,, la paciente contesta diciendo lo obvio y al mismo tiempo haciendo un hallazgo …!mi Mamá!,,, Ella le dice …parece que dejar todo a medias, es como el canto de un pajarito hambriento que busca respuesta, reacciones, que a alguien le importe, que vengan, que la empujen, que la alimenten, que la obliguen, pero esa es la llamada de una niña.
Ya terminamos nos vemos el próximo viernes a las nueve,,,

La paciente no llega, le deja un mensaje en el teléfono, lloriqueando …lo siento no puedo llegar, tuve un problema familiar y no puedo ir te llamo después,,, ya ha faltado a tres sesiones, Ella piensa así trata a su esposo por eso él se queja y le dice que se siente devaluado, abandonado, poca cosa, es una mujer agresiva, así que acuerda consigo misma, debemos trabajar esto, si es que vuelve, aun que tal vez efectivamente no ha podido llegar a pesar de todo a veces así es la vida.
Al terminar la sesión el paciente se levanta del diván, se pone su saco, se acomoda la corbata da dos pasos acercándose se para frente a Ella saca su cartera del bolsillo trasero de su pantalón, la abre trae mucho dinero todos billetes de alta denominación los mueve mostrándoselos a Ella formulando algunas frases …no tengo cambio, permítame un momento, mire solo traigo billetes grandes,,, Ella piensa ¡que necesitado está de que yo vea su dinero!, y confirma lo que ha concluido en las dos sesiones que llevan trabajando, la inseguridad lo empuja a construir ese gesto fanfarrón y pretencioso, Ella piensa que él siente que él no vale, es su dinero lo que lo sostiene y le da la sensación de que es meritorio, y se queja de que sus amantes sólo quieren su dinero, Ella le dice …si no trae la cantidad exacta ahora, no importa, lo puede pagar la próxima sesión no se preocupe,,, de este modo obvia la pobreza de esa cartera que se le muestra rebosante y que no resuelve el pago, y no da satisfacción a la seducción, así le da importancia a lo que realmente la tiene las palabras que el ha dicho en esa sesión, Ella camina abre la puerta y dice amablemente …ya terminamos, nos vemos la próxima,,,

En cuanto siente el brillo del sol abre los ojos, y lo primero que la acomete como un deseo inminente es que quiere ver el ajedrez, la luz es dorada apenas amanece aun es de madrugada, como el aire es fresco, se envuelve complicadamente con la sábana azul con que la cubrieron el día anterior, trata de recordar la ruta que la llevó al salón del cofre, descalza camina, da vueltas en un sentido, en otro, pasa por arcos, a través de corredores, salones, camina por un pasillo con grecas verdes y lilas, por otro en rojos y amarillos, entra a un salón inmenso, vacío, la luz dorada la surten tanto unas ventanitas altas, como seis ventanales bajos que dan a uno de los jardines con fuentes, lo sabe porque escucha el sonido del agua que golpea al caer, la adivina haciendo arroyos sobre mosaicos blancos y azules, se asoma, y ve abajo en el jardín y no, los mosaicos son naranjas y amarillos este es un jardín en el que no ha estado, se queda contemplando desde la altura, ve que ojos de vaca camina agitando las manos con sus pulseras, va exclamando, estremecida, realmente la percibe iracunda, Ella sigue mirando desde lo alto envuelta en su sabanita, ve que entran al jardín por distintos ángulos mujeres, hombres, niñas ojos de vaca sigue argumentando, moviendo los brazos, finalmente se calla dejando una de sus manos sobre la cabeza y la otra a manera de jarro sobre la inmensa cadera cubierta por una vaporosa tela color azul cielo, alguien le contesta tímidamente, y de nuevo grita, manotea, una de las niñas mira atentamente las caras, los gestos de la mujer y cuando su mirada se extiende hasta lo más alto del edificio, descubre en uno de los enmarcados ventanales, la cara de Ella, la reconoce, extiende la mano señalándola feliz de ser quien resuelve el enigma, todos voltean sus rostros para verla y Ella les devuelve la mirada levantando y agitando alegre su mano. La niña le hace señas llamándola, Ella entiende que debe bajar, así lo hace busca en el laberinto de mosaicos, puertas, biombos, los caminos y encuentra el jardín que la acoge con sonidos, colores naranjas y amarillos, el aire tiene el perfume de los jazmines, de los azares, de los limones, Ella corre hasta encontrar a la mujer de ojos de vaca, que la recibe deteniéndola con una mano del hombro y con la otra le da una bofetada fuerte, la sorpresa y el ardor en la cara, hacen que Ella suelte la sabana, queda desnuda y llora desconsolada, grita dolorosa y tímidamente ¡mamá! y nuevamente la encierran. Llora de nuevo lo mismo que ha llorado y algo más, no entiende por qué la golpeo, recuerda a su madre, que le decía …te pego porque soy tu madre,,, cuando cualquiera intentaba intervenir o si Ella pedía razones, después de un rato de enojo, de auto conmiseración piensa que la única manera de resolver esto es que debe ir todas las mañanas a saludar a la mujer de los ojos de vaca, piensa, después podré explorar todo pero debo buscarla, que me mire, tal vez pensó que me había perdido y se asustó.
En la primavera, la luz que entra por la ventana del consultorio, a las siete de la tarde es naranja, baña el librero con su cálido color, pero el discurso de la paciente sigue sin perturbarse, está embebida en su introspección, hurga buscando en su vida, tiene prisa de contar, de decir, quiere descifrar lo que le sucede y destrabar los nudos de su existencia …cuando estaba en la casa me sentía perdida, tenía claro que mi mamá no me quería, no tenia ojos para mi, ellos mis hermanos y hermanas eran su tesoro y los dos chiquitos en particular eran su horror, su calvario, eran retrasados, además eran como contrahechos, enanos, chiquitos extraños y muy delicados, Juan llegó a medir ochenta centímetros y Germán noventa y tres, así que cuando nací, mi mamá ya tenía demasiado, cuando cumplí diez días de nacida me entregó a Sisa, quién era mi nana, a partir de ese momento pasaba todo mi día y mi noche con Sisa y, por supuesto, dormía con ella, recuerdo clarito el olor de su cabello se lo enjuagaba con te de romero, Sisa ponía sobre la cama su bulto de ropa, compartíamos la cama los tres, el bulto, Sisa y yo, me quiso mucho me atendía especialmente a mí, todos los días me hacia atolito de arroz y canela, me enseñó a bordar, a tejer, era una mujer muy hacendosa, buena cocinera vivió siempre conmigo y me ayudó a criar a mis hijos,,, Ella observa que la paciente esta recostada en la orilla del diván casi cayéndose, siempre pone en el centro su enorme bolsa, pero no quiere interrumpir esta asociación y deja pasar por el momento la clara manera de evocar aquella presencia de Sisa, añora desde el cuerpo con el bulto que ocupa más de la mitad del diván y con la precariedad del espacio de que dispone, así hace presente al fantasma en el diván, y tampoco la interrumpe, pero piensa que Sisa significa: timo, hurto, ratería, se calla, deja que la paciente sigua …cuando era niña me gustaba jugar a rezar el rosario,,, le pregunta …¿cómo es eso?,,, …pues yo hacia unas tumbitas en la tierra, las adornaba con flores, les ponía sus cruces y les rezaba a cada una su rosario, eso me hacía sentir muy bien , también me gustaba que Sisa me enseñara a tejer y bordar,,, parece que va a abandonar por completo la imagen del juego tanático, entonces Ella pregunta y …¿quiénes estaban en las tumbitas?,,, Responde sin conflicto como si fuera obvio …pues mis hermanos, y mi mamá, eran siete tumbas, les ponía sus cruces hechas con ramitas, las adornaba con flores del jardín, a cada una le rezaba el rosario ¡completo!, yo era una niña chiquita rezar el rosario completo era un gran esfuerzo, tenía como seis años, yo creo que en ese tiempo me estaban preparando para la primera comunión,,, Ella le pregunta …¿tenias que lavar tus pecados, tus malos deseos, de querer que se murieran todos los que rivalizaban contigo, y también a la mamá que te había abandonado?,,, La paciente responde como si ya lo supiera …pero como era niña no me daba cuenta de nada de eso, solamente me gustaba y lo jugaba muy seguido, me confortaba rezarles, ¡pero yo no quería que se murieran, yo lo que quería era, que no les pasara nada por eso rezaba!,,, y finalmente se contradice …¡pero, pues si estaban muertos ¿verdad?!,,, y se ríe feliz, es una paciente encantadora, Ella la espera con entusiasmo porque las imágenes y las anécdotas de su infancia son transparentes fascinantes, es una mujer mayor que Ella, que ha pasado la vida tratando de resolver el abandono de su madre, siempre le ha parecido que la verdadera vida esta donde ella no está, la vida y lo verdaderamente valioso está donde mamá y los otros están, así que Sisa con su amorosa y constante compañía siempre fue devaluada, aun que sí la gozaba y sentía su cariño su protección, pero siempre la devaluaba, Ella reconoce el dolor de esta vieja paciente su presencia le encanta, es unos quince años más grande que Ella, pero lo que es relevante es que se duele como si del abandono hubiera sido hoy mismo, la conmueve el dolor de su paciente y le es claro el martirio que la ha acompañado y perseguido siempre, decide que ese va a ser, en este período, el eje del análisis, Ella, reconoce esta ilusión en sí misma, la añoranza de ese espejismo de lo “verdaderamente valioso” y el permanente empobrecimiento de la vida propia, de su circunstancia, obligando a una vida enajenada de sí, reconoce el conflicto, sus texturas, su sabor, su olor, el progresivo crecimiento de esta pena que se compenetra en la esclerótica del ojo como raíces y también bajo la piel, tiñendo todo lo que se mira, y también recuerda cómo lo resolvió y la luminosidad que se produce en la salida, recuerda como se aligeró el peso de la vida, y fue lo que sus ojos le dieron al mirar por la hendidura, Esa grieta vulva y su paisaje interior la sacudió profundamente, el desamparo que su visión del desierto le dio, la hizo otra, el desierto la hizo asirse con firmeza a su circunstancia, fue a partir de ese día que dejó de llorar por su muñeca azul, por su madre, por su padre, por el gato de los ojos amarillos, aunque la presencia de la abuela siempre fue añorada y venerada, nunca obnubilaba a las figuras de su vida real, mucho menos a esa presencia que apareció deslumbrándola, modificando su mundo, fue haciéndose sentir progresivamente, todo empezó en el tablero. Sin proponérselo a la hora de la siesta caminó por la silenciosa casa y entró a la majestuosa habitación del gran cofre, no había un alma, pensó feliz en explorar más profundamente aquel cofre vientre generoso, cuando sus ojos descubrieron que el ajedrez seguía ahí exactamente donde lo desplegó, sobre la alfombra de mil gráciles grecas, pero algo cambió, sus ojos exploraron descubriendo que alguien había movido una pieza, era el otro peón el que está frente al caballo, lo había movido una posición hacia adelante, su pulso se aceleró, Ella reconocía que en realidad eran las blancas las que se debían haber movido pero fue tal el vuelco de su corazón que no le importó perder un turno, siguió el juego, incluso exponiéndose, decidió mover su alfil izquierdo, lo hizo en diagonal, como debe moverse lo acercó peligrosamente, lo expone provocando a su retador, se alegra tanto que ríe en voz alta y mira ansiosamente a su alrededor, está sola, espera, se entretiene siguiendo los dibujos de los mosaicos y mientras se abstrae en esa sensación de compañía, baja sus ojos, descubre que en las hojas de papel, en las que hizo los trazos de la greca que no es greca, frente esos trazos suyos esos que parecen letras, alguien continuó haciendo los dibujos, compara el papel con la cenefa que ha sido su modelo, se percata de que adelantaron cinco figuras, se tira de panza al piso y copia un renglón completo, se levanta y deja el lápiz ahí sobre las hojas, expectante, decide que debe dejar esa habitación a solas para que esa delicada y secreta sustancia regrese.
La paciente comparte el diván con el bulto y con sus ausencias para darles lugar se mantiene en la orilla, habla gesticulando con los brazos levantados y al hacer un dramático ademán acentuando lo que dice, y este gesto la hace perder el precario equilibrio que guardaba porque teniendo la mitad del cuerpo volando, Ella y su paciente, reaccionan con un aspaviento simultáneamente pero la paciente baja un pie ágilmente y restituye su equilibrio, se coloca un poco mejor, estas operaciones son acompañadas de verdaderas carcajadas. Ella le dice …cuidado no vayas a aplastar a Sisa,,, las dos se ríen …siempre está contigo, siempre te recuestas a punto de caerte para dar lugar a tu nana que te salvó de la orfandad, pareciera que eso mismo haces con muchas cosas en tu vida de malabarista, llamando a Sisa, evocándola, estás siempre a punto de caerte,,, a partir de esta interpretación, aparece en su conciencia caleramente el significado de ese lenguaje evocador que es su precario equilibrio en el diván, del precario equilibrio en el que siempre mantiene su salud, su economía, sus conflictos con sus hijos, esta interpretación es el primer rayo de una aurora que ilumina progresivamente, entonces esa precariedad gradualmente pierde sentido, lo reconoce ahora como el llamado de una niña. Y reconoce lo cansado que ha sido vivir como malabarista siempre a un paso de caer.

Este fantasma con el que juega al ajedrez, esa presencia ausente y benévola, ese duende va y viene sin ser descubierto, Ella piensa en su abuela cuando mueve su alfil hasta la posición c4, mira la hoja en la que ha copiado las grecas, y para su deliciosa sorpresa, ve que nuevamente han hecho tres nuevos trazos, ahora se toma el tiempo de observar los rasgos de esos delineados, los compara con los suyos y ve que son ágiles, que son ligeros, que fueron hechos rápido y con soltura, aprende y desea hacerlo mejor, entonces Ella toma el lápiz, queriendo ser rápida, y hacer un pase liviano preciso, así sin perder su dedicación, lentamente, completa otro renglón de la caligrafía, se aleja dejando todo desplegado, el tablero con su nueva tirada y la caligrafía como respuesta, a sus cinco años el juego con esta presencia secreta, la hace fantasear, “ha de ser mi abue”, esta fantasía la hace sentir acompañada, aun no entiende casi ninguna palabra de lo que se dice a su alrededor, es por eso que comunicarse a través del ajedrez se hace exquisito, lo vive como su mayor tesoro, Ella piensa que todas las abuelas son así, que enseñan juegos complejos, que confían plenamente en la inteligencia de las niñas de cuatro años, porque Ella lleva ya más de un año jugando, y Ella da por sentado que si hay un ajedrez seguro hay cariñito, al día siguiente nuevamente entra a la habitación del cofre y encuentra el tablero retándola, han movido el caballo lo llevaron a c6, trata de imaginar qué planea su contrincante, toma una decisión seria , recuerda a su abuela, severa y amorosa explicando la jugada Del Pastor “!es una jugada maestra, es sorpresiva y contundente! nadie sabe de la enorme inteligencia de las niñas chiquitas y por eso, nadie la espera de una niña y se reían las dos a carcajadas!” entonce Ella toma mucho aire, como si se fuera a acabar y suspira acompañando la exhalación con el movimiento de la manita llevando a su reina hasta f3, el corazón se le agita y se estremece pensando que puede ganar con solo una jugada más, todo está en que su contrincante la menosprecie, ahora toma la hoja y decide hacer dos renglones, pero también decide cometer un error haciendo el trazo de uno de los signos en sentido inverso, se dice …para que piense que soy tonta,,, se ríe con ella misma, feliz de haber montado ese escenario, se aleja. Así jugaba en Guanajuato con su abuela que estaba todo el día haciendo cosas, Ella se sentaba ante el tablero y la abuela pasaba y tiraba, Ella se quedaba pensando, y cuando ya había tirado, buscaba a la abuela en los lavaderos, en el portal, con las gallinas, o en la cocina para que tomara su turno “espérame tesoro solo dos minutos que suba el chocolate, y me voy contigo” así se tejían las horas, las jugadas y las lecciones de ese juego, Ella también quería jugar con su mamá, y con su papá, traía bajo el brazo la cajita del tablero de madera, castañeaban a cada paso las 32 piezas, este pequeño ajedrez se lo regaló su abuela la navidad antes de que cumpliera cuatro, y desde ese mismo día empezaron a jugar, le dijo …mi niña preciosa, mira lo que te compré en el mercado de artesanías aquí de San Miguel de Allende,,, desde ese día Ella iba de paseo siempre con su tablero bajo el brazo, a todos les preguntaba …¿sabes jugar ajedrez?,,, jugaba con todo el que se dejara, ya todos estaban horrorizados porque la niña había mejorado en sus destrezas ajedrecísticas, ahora era un verdadero contrincante y con frecuencia les ganaba, cosa bastante humillante para algunos adultos.
Los fantasmas son la compañía cierta, con sus afectos estables invariables y siempre dispuestos a la manipulación del soñador, Ella soñaba que su contrincante en el ajedrez, y su complemento en esa caligrafía era alguien bueno y amoroso como su abuela, más que su abuela, porque éste está cerca, este vive aquí, juega conmigo, me quiere y piensa solo falta una jugada para ganarle. Comparando piensa que la mujer de ojos de vaca no la quiere, pero siente que es una mujer débil porque se irrita, boba como mamá es berrinchuda, es también un fantasma. Es por todo esto que sabe que su paciente se recuesta en la orilla del diván dándole lugar a su fantasmay para completar la escena el bulto, esta evocación trae a un fantasma que es aun más y mejor complemento que la verdadera Sisa.
Por fin llega el día siguiente, desde que se acostó quería que ya amaneciera, está expectante porque ahora sabrá si logró encubrir su estrategia para ganar esa partida, ahora ya conoce la ruta que tiene que recorrer para llegar al salón del cofre, del ajedrez, al salón del duende, y vuela sobre los finos pisos de mosaico, sobre los tapetes su pequeños pies trotan y juegan a no pisar cierta parte de las grecas, cruzan el jardín de los mosaicos blancos y azules sobre los que corre el espejo del agua enmarcado por naranjos, sube por las escaleras del fondo y doblando a la derecha cruza el umbral entra a la habitación del cofre se pone de pie sobre el más mullido tapete y contempla el tablero, descubre que sí, que han movido el alfil negro a f1, Ella siente mucha alegría éste es el primer momento, desde que se perdió, en que realmente se siente realmente feliz, toma entre sus deditos el turbante de su pequeña reina, esta figura trae además del turbante real, un sutil velo atraves del que se adivina la punta de la nariz y las curvas de los labios, mueve su reina a F7, entonces toma el precioso rey negro y lo acuesta sobre el tablero, contempla largamente la escena, y dice … Jaque Mate,,, con el ímpetu de esa dicha decide escribir sobre la hoja todos los signos, la cenefa completa, y lo hace a la perfección llena dos hojas de esos trazos que le parecen hermosos pero le resultan mudos, al terminar, dibuja un gato, y escribe “Ella” es la única palabra que sabe escribir y deja todo desplegado.